OCIO EN LEÓN
La Braña se hace trashumante
Lugar: Caja España. Santa Nonia, 4. Hora: 20.00. Entrada: gratuita.
La Braña, el grupo que rescató del olvido el folk leonés, comparece hoy en el Auditorio de Caja España para reecontrarse con su público. Será un concierto especial, no sólo porque celebran 30 años en el inestable mundo de la música, sino porque presentan nuevo disco, Ecos de la trashumancia, que, como todos sus trabajos anteriores, recupera canciones tradicionales. Fiel a su nombre, La Braña -"que significa pasto situado en los lugares altos de las montañas cantábricas-" reúne en un cedé temas de un oficio, el pastoreo trashumante, que tiene los días contados. El disco aborda, como si se tratara de un libro de relatos sobre el mundo pastoril, cánticos que hablan de amores ( Ay zagala, La dama y el pastor, Dicen que los pastores... ); las despedidas a los pastores trashumantes ( Ya se van los pastores ); las costumbres de los vaqueiros de alzada ( Canta, vaqueira, Cantar de la braña ); la influencia del entorno natural y su simbolismo sobre la vida de los pastores ( Canción del cuco ); la relación con otras actividades de carácter tradicional como los aluches ( El pastor de Prioro ); o las rondas ( Un pastor me hace señas )... El último trabajo de La Braña incluye nueve canciones seleccionadas por sus cinco integrantes, Gelo, Marcelino, Pilar, Tere y Sanjo, adaptadas y grabadas en los Estudios Ruido por Pablo Vega, así como otros cinco temas vinculados al mundo pastoril que ya formaban parte del repertorio del grupo, grabadas en su día por el ingeniero de sonido Raúl Ferreras, ya fallecido.
Ecos de la trashumancia nació como un encargo de la asociación Trashumancia y Naturaleza y ha acabado siendo distribuido por los ministerios de Medio Ambiente de todos los países de la Unión Europea.
En tres décadas, La Braña, que hasta el 2002 fue un sexteto, cuando en sus filas militaba también José Antonio, ha salvado un patrimonio oral que, sin su intervención, habría muerto. Atrás quedan miles de kilómetros en la carretera, cientos de escenarios, catorce discos y más de 200 temas inéditos recopilados de un cancionero leonés que llamó la atención del Ministerio de Cultura y que acabó premiando su labor en 1987.
Para Gelo, Marcelino, Pilar, Tere y Sanjo la música nunca ha sido una profesión, sino una pasión. Quizá por ello han durado tres décadas. Puede que vuelven la vista atrás sientan nostalgia de los años en los que llenaban plazas y teatros; más de 8.000 espectadores. Y, seguramente, harán falta unos años para que sean profetas en su tierra y León reconozca su trabajo de búsqueda, recopilación y actualización de un ingente patrimonio musical que, sin su tesón -"grabando de pueblo en pueblo a los últimos depositarios de la tradición oral-", ya se habría extinguido...