Cerrar

Carolina de Mónaco como musa

El leonés Lolo Zapico presenta en Campus Stellae sus originales obras

Lolo Zapico con la obra inspirada en Carolina de Mónaco.

Publicado por
marcelino cuevas | león
León

Creado:

Actualizado:

Lolo Zapico está enamorado de su tierra, de la comarca minera de Villablino. Pero su imaginación incontrolable siempre vuela más allá, se escapa de los hermosos valles de Laciana para volar incontrolable por mundos tan exóticos como los escenarios del cine de los años cincuenta, las veladas de boxeo de los setenta, o las monarquías que perviven en el siglo XXI. En esos mundos imaginarios, Lolo Zapico se ha encontrado con personajes de singular relevancia que han tenido la gentileza de instalarse en sus cuadros.

Pero, Lolo Zapico tiene otros universos pictóricos. Por ejemplo, ese lleno de pequeñas figuras, de signos casi caligráficos, que emplea como la más apropiada caligrafía para comunicarse con la naturaleza y, a la vez, para establecer un diálogo con el espectador en el que comenta, pincelada tras pincelada, la enorme belleza de la tierra donde vive.

Ha ido más lejos en el tiempo el artista. Ha revuelto todos los baúles de la memoria hasta encontrar sus dibujos más antiguos, aquellas pulidas láminas de instituto con las que Zapico dio sus primeros pasos en el arte.

Entre estas láminas se encuentran algunas en las que figuran las altas calificaciones obtenidas por el artista en ciernes, y que están firmadas por uno de los grandes maestros de la pintura leonesa, Modesto Llamas Gil, que fue su profesor en el Instituto Padre Isla.

Para exponer la obra de este visceral artista, la coqueta sala de los Maristas se ha desbordado y el arte se ha adueñado de los pasillos. Los enormes cuadros de Lolo Zapico han llenado de color el serio espacio del colegio. Alegorías a Marilyn Monroe, Carolina de Mónaco o un misterioso, desconocido y poco afortunado boxeador, asombran y deslumbran a los alumnos que circulan hacia sus clases.

«En estos cuadros -afirma el artista- he empleado nuevos métodos, he llegado a través de las tres dimensiones a recrear el mundo que rodea a estas figuras. He incorporado en la superficie del cuadros maniquíes, vestidos y zapatos auténticos-¦ y lo más pictórico de estas obras son las huellas de los zapatos que estos personajes han ido dejando por la superficie del lienzo».

Zapico es un artista incontrolado e incontrolable que desafía todos los cánones, que se empeña, como los grandes cocineros actuales, en hacer deconstrucciones de los tópicos artísticos. Lo hace en sus cuadros y lo hace también en sus esculturas, extraños espantapájaros de metal que suelen representar figuras femeninas, como la Lola que materializa al musical personaje de Café Quijano, o a la literaria mesonera de Mansilla de las Mulas, la Pícara Justina. En este caso presenta también algunas esculturas dedicadas a la mina, en la que ha trabajado y con la convive.

Lolo Zapico se ha ganado a pulso una existencia paralela en una galaxia inventada, en unos mundos que solamente existen en su imaginación y en los que se desenvuelve como pez en el agua. Es un artista heterodoxo que con el poder de su mente es capaz de reinventarlo todo. Y es, además, un hombre peculiar que deambula entre las luminosas galerías de una mente que no deja nunca de profundizar en sus raíces, en acercarle cada vez más al centro del mundo lleno de color que ha inventado.

Lugar: Campus Stellae. Colegio Hermanos Maristas. Avenida Álvaro López Núñez, 12.

Horario: horario escolar.

Cargando contenidos...