«Adoro el milagro de Internet»

-¿Cómo ve el estado de la poesía y de la literatura hoy día, usted que has visto pasar tantos movimientos y escuelas? ¿Cómo ve esas librerías repletas de papel, con -˜best-sellers-™ que cambian cada semana?

-Soy un optimista antropológico y no creo que ello sea atributo de un poderoso gen leonés hipertrofiado. Ya en serio, quienes conocimos la miseria moral, espiritual y artística del páramo franquista, qué podemos ser ante la explosión de las cien flores de hoy, todo lo consumistas que se quiera, sino optimistas y febrilmente esperanzados. Otra cosa serán los soportes en que los bienes culturales, y especialmente el de la poesía, se transmitirán en el futuro. Adoro el milagro de Internet. No necesito más para dar a conocer a mis semejantes lo que yo pueda crear. Y sobre los best-sellers , los espacios de escaparate y almacenaje y los árboles sacrificados, ya el señor Aznar ha sido nombrado no sé dónde para resolver ese problema del medio ambiente. Estemos tranquilos.

-¿Por qué escribe? ¿Qué le impulsa a hacerlo, y por qué poesía?

-Más bien por qué debiera escribir. Escribo muy poco. Escribo por un impulso irracional. Escribo poesía porque soy un perezoso consumado. Admiro a mis amigos los novelistas. Ellos sí que se lo trabajan. Ellos sí que se merecen el soporte papel para sus invenciones.

-¿Qué se hace después de haber visto publicadas unas obras completas?

-Contemplarlas embelesadamente, desear feliz navidad a quienes quieran leerlas y a los que no, y esperar el santo advenimiento de la musa, siempre tan hermosísima como tan esquiva.