Cerrar

Adiós teatral a Fernando Urdiales

El director leonés, fundador de Teatro Corsario, fallece a los 59 años por una enfermedad hepática

León

Creado:

Actualizado:

Cambió la medicina por el teatro. Era su vida. Y la muerte le sorprendió ayer a los 59 años prácticamente con un pie en el escenario. Cuentan sus amigos que desde hace tiempo Fernando Urdiales sabía que se aproximaba el final. El hígado que le habían trasplantado hace una década no daba más de sí.

El director leonés hacía tiempo que se negaba a salir a escena. Pero con León hizo una excepción. El pasado mes de mayo, el director y fundador de la compañía Teatro Corsario, creada en 1982, salió al escenario del Instituto Juan del Enzina como El poeta que no cesa , en un homenaje a Miguel Hernández.

No había acompañado a Teatro Corsario a la reciente Feria del Libro de Guadalajara (México), donde la compañía representó Aullidos y La barraca de Colón. Dicen sus amigos que se iba despidiendo, sin drama, de todos ellos. No era Urdiales un hombre al que le gustaran las estridencias; tampoco sobre las tablas.

El último corsario. Tenía Urdiales mucho de corsario, nombre que eligió quizá porque para adentrarse en el proceloso mar teatral había que ser un gran surcador de tormentas; pero también en un guiño al genial Pasolini y sus Escritos corsarios.

Hoy es un día triste para el teatro español, porque Fernando Urdiales fue, ante todo, un luchador. Se empeñó en recuperar a los clásicos. En esto era intransigente e incansable. Sin duda, ha sido el gran valedor del teatro clásico de las últimas décadas en España. Fue a finales de la década de los 80 cuando Urdiales puso la vista en el Siglo de Oro, que desde entonces se convertiría en su seña de identidad más característica. Y es que lo suyo era auténtico amor por el teatro.

El pasado mes de septiembre desembarcó en el claustro de la colegiata de San Isidoro con un montaje que había estrenado 22 años atrás: Pasión. Quizá fue una representación premonitoria. En Pasión Urdiales trasladaba todo el dolor de las imágenes sacras, pero con personajes de carne y hueso. Y él, seguramente, sufría. En alguna ocasión Urdiales había confesado el impacto que dejaron en su retina infantil los desfiles procesionales.

A Urdiales no se asustaban los grandes retos. Conocía bien las dificultades del 'teatro de provincias' para llegar al gran público. Se atrevió con el complejo universo de Celama, creado por el escritor y académico leonés Luis Mateo Díez. La adaptación no sólo le valió una nominación a los Premios Max, sino que recibió todas las bendiciones del autor de La fuente de la edad, a quien sorprendió que Urdiales hubiera sido capaz de sintetizar todos su complejo universo en un montaje de poco más de una hora.

A Urdiales no le faltaba el sentido del humor y echó mano de él cuando en el 2007, tras 25 años de trabajo, su compañía recibía el Premio Max por su iconoclasta La barraca de Colón, como 'Mejor Espectáculo Revelación'. Fue entonces cuando aseguró: «Me anima a pensar que cuando cumplamos cien conseguiremos el de Mejor Espectáculo Teatral».

Estaba empeñado en demostrar que no sólo se hace buen teatro en Madrid y en Barcelona. Quería «derribar barreras», decía.

La despedida. La despedida a Urdiales, director también del Festival de Teatro Clásico de Olmedo, tendrá lugar a hoy a las siete de la tarde en las instalaciones del tanatorio San José, en la capital vallisoletana.

Cargando contenidos...