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Publicado por
José Javier Esparza
León

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Novedad para el próximo enero: La Sexta anuncia una tertulia de debate político. Será, según parece, en alguno de sus nuevos canales de TDT. La Sexta ya había probado suerte -sin éxito- en ese género con Debate al límite, pero esto va a ser distinto: ahora el objetivo es competir con las tertulias del prime time. Es el fenómeno de moda, sin duda. En la estela de El gato al agua de Intereconomía, en los últimos meses han aparecido tertulias similares en Veo 7 (La vuelta al Mundo ) y en La 10 ( Noche 10 ). De esta manera las cadenas de TDT empiezan a crecer sobre un terreno que los otros canales habían abandonado: el debate de actualidad. Por el momento, quien se lleva el gato al agua es la tertulia homónima, que cuenta con varias bazas a su favor. Una es, sin duda, la veteranía, pero hay más. Curiosamente, y a pesar de todas las críticas que ha recibido, El gato da una impresión de pluralidad mayor que las otras tertulias. ¿Por qué? Quizá porque no ha seleccionado a los contertulios según el rígido patrón PSOE/PP, que convierte a los periodistas en prolongación de los partidos, sino que en la nómina de discutidores hay muchas personas que hablan por sí mismas y según su propio criterio, el cual puede coincidir o no con los alineamientos políticos convencionales. En este sentido, esa tertulia recoge la diversidad social de una manera mucho más fresca, natural y directa. Y habría que preguntarse hasta qué punto no ha sido precisamente esa la causa de la decadencia de los debates en nuestra televisión: la excesiva tendencia a calcar el debate político sobre el modelo de los grupos parlamentarios. Porque, oiga, el Parlamento es una cosa y la sociedad es otra. Si de verdad La Sexta quiere entrar a competir en este terreno, debería olvidarse de reflejar la aritmética del Congreso de los diputados y pensar más bien en reflejar la atmósfera de la calle, que tiene otra composición. Quizás usted dude de estos propósitos. Es natural: La Sexta ha dado sobradas muestras de su escaso gusto por el debate libre. Pero nunca es tarde para empezar, ¿no?