Los 'retratos hablados' de autores leoneses

Ensayistas, pensadores, narradores y poetas figuran entre las últimas generaciones de escritores españoles, desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, que el pintor Félix de la Concha ha metido en cuadros y presentado ayer en Valladolid a través de una peculiar exposición.

Esa singularidad radica en que la galería de retratos, a la manera «cortesana» según ha explicado el propio Félix de la Concha (León, 1952) en el Museo Casa Cervantes de Valladolid, se acompañan de una pantalla donde el visitante puede escuchar fragmentos de la conversación que los literatos mantenían con al artista al posar. Pintura, pero también imagen y sonido, ponen de ese modo cara a la cultura, «la cenicienta de la sociedad junto al arte, cuando la realidad es que ambas piden poco y dan mucho», ha explicado la novelista Eugenia Rico (Oviedo, 1972), uno de los autores que De la Concha ha incluido entre el medio centenar de retratos expuestos.

«Los escritores no hemos tenido un rostro visible hasta hace relativamente. Ha sido gracias al arte, que nos ha puesto cara y que, al fin y al cabo, es otra forma de escritura», ha añadido la narradora asturiana durante la presentación pública de ese muestrario, que permanecerá en Valladolid hasta el 28 de febrero. Retratos con conversación: cincuenta escritores con anacolutos es el lema de esa exposición que el Ministerio de Cultura ha puesto en circulación «para disfrutar con calma y contemplar desde la doble textura de la mirada y del oído», ha explicado por su parte la poetisa Ana Merino (Madrid, 1971), otra de las protagonistas seleccionadas por De la Concha. Antonio Pereira, Antonio Gamoneda, Luis Mateo Díez, Julio Llamazares, Andrés Trapiello, Juan Pedro Aparicio, José María Merino y Juan Carlos Mestre figuran en esa nómina de autores que han posado para el pintor «en sesiones únicas de dos horas de duración», según ha precisado De la Concha a los periodistas.

«La selección se ha realizado de una manera un poco azarosa: en parte por la disponibilidad de ellos y también a través de sus propias recomendaciones como en una especie de cadena», ha añadido acerca de esta iniciativa que comenzó en 2005, retomó en 2008 y acaba de finalizar. Los retratos así concebidos, a través de una conversación entre el literato y el pintor, «cobran una dimensión diferente» que el visitante puede apreciar a través de auriculares y una pantalla de plasma donde se proyecta, con una cámara rápida, todo el proceso de elaboración del cuadro.