Juan Perro vuelve con disco tras nueve años de 'siesta'

El jazz, el rock, el blues y los sonidos afroamericanos son los protagonistas del quinto disco de Juan Perro, alter ego de Santiago Auserón (Zaragoza, 1954), que regresa tras un silencio de nueve años. «En 2002, ya tuve la sensación de que tenía que dar demasiadas explicaciones para seguir», afirma el antiguo líder de Radio Futura. «Hacía falta replantearse el proyecto, lo que me ha permitido dormir una prolongada siesta», añade irónico. Auserón vuelve con Río Negro, una colección de doce canciones, que lleva un año interpretando en directo antes de registrarlas en la sala de grabación. Lo hace sin apenas producción porque, según reconoce, estaba algo cansado del trabajo con las pistas en el estudio. Así, el disco, que salió el lunes a la venta, pretende acercarse a algo parecido a un concierto grabado en la cabina del estudio. «Para conseguir esa frescura necesitaba que las canciones estuvieran rodadas, así que las he tocado en muchos escenarios, bajo climas distintos y sin duda eso ha fortalecido su pulso», señala. Como es marca de la casa, sus letras juegan con el lenguaje más poético en algunos temas y con la claridad en otros. Hay ironía, crítica «El feedback ha sido estupendo e ilusionante», dice.

Diario de León pone a la venta el disco Río Negro este domingo en exclusiva al precio de 9,95 euros. «Ahora que no se venden discos, todos hemos puesto una intención especial en el proyecto», relata. Artista en continua evolución y que no para de explorar nuevos caminos, Juan Perro ha dado el salto de los sonidos cubanos de su disco anterior ( Cantares de vela ) a la mezcla de géneros de Nueva Orleans. «Desde que empecé mi carrera como Juan Perro estoy buscando lo mismo: la adaptación de la rítmica afroamericana a la lengua española. Pero al principio lo hice en Cuba y ahora lo he hecho en Nueva Orleans», asegura. «Cuando abandoné Radio Futura me dijeron: estás loco, dejas este proyecto por la salsa». «Así es», responde ahora. Según el músico zaragozano, queda mucho por ahondar en Cuba, Nueva Orleans, Chicago, Brasil, el blues, el rock, el rhythm and blues o la herencia de Louis Armstrong o Snooks Eaglin. Y quiere indagar en ese legado desde la «independencia» y desde su faceta de «músico artesano», alejado ya de la pompa y las mieles del éxito que saboreó en todo su esplendor como líder de Radio Futura entre 1980 y 1992. «No se me ha pasado el arroz», responde al analizar qué ha ocurrido con su carrera, en la que pasó de llenar estadios a tocar en auditorios de 500 a 1.000 personas. «Sí tengo más mala leche que cuando era joven. Ahora no tengo paciencia».