«Me he desnudado en esta historia»
El artista Eduardo Arroyo confiesa que 'Las Moscas' será su primer y último proyecto escultórico al aire libre
La pirámide de Ming Pei que da acceso al Louvre costó menos tiempo. En León ha hecho falta una década para poner en Puerta Castillo el conjunto escultórico creado por Eduardo Arroyo y conocido popularmente como 'Las moscas'. El artista, al que no se ha comunicado aún oficialmente el inicio de los trabajos para instalar sus obras, se lo toma con escepticismo. Quizá, porque en estos diez años se ha anunciado muchas veces la «inminente» colocación de las figuras mitológicas proyectadas por Arroyo para un entorno que el artista, con fuerte vinculación leonesa, siempre ha considerado muy especial y «mágico».
«Me he desnudado en esta historia», confesó ayer Arroyo. «No tengo rencor», dijo ante la manifiesta «indolencia» con la que han actuado los políticos en un asunto que, tras las iniciales protestas vecinales y con todos los permisos de la Comisión de Patrimonio, ya no tiene vuelta atrás. La empresa Decolesa -la misma que ha ejecutado las últimas intervenciones en la muralla tardorromana- tiene acordonada la zona anexa al arco de la cárcel, en la que se instalará la Celda de Vanitas , en la pequeña puerta que debió de dar acceso al Arca de Aguas. Aquí irán quince caras de bronce de 20 centímetros de diámetro y una serie de pequeñas moscas de idénticas proporciones. La actual puerta se sustituirá por un vidrio de seguridad y herraje oculto. Arroyo llegó a creer que nunca vería aquí el unicornio y las moscas. «Lo tenía fuera de mi mente». Pese a que el artista parece haber quedado al margen de la instalación, lo cierto es que considera que tiene una responsabilidad con el proyecto y piensa visitarlo en fechas próximas. «Voy a ocuparme de que todo esté en orden», aclaró el autor. 'Las moscas' se posarán en Puerta Castillo antes de que acabe marzo, según los plazos del Ayuntamiento. La primera obra que aterrizará en este enclave será, precisamente, una gran mosca de 220 kilos y dos metros, adosada a la fachada lateral de la Iglesia de Los Descalzos, perteneciente al Archivo Histórico desde 1994. El unicornio de Laciana, de 430 kilos, debido a sus dimensiones y a su peso se posará sobre una zapata de cimentación en el subsuelo de Puerta Castillo. La obra está realizada en fundición hueca de bronce de dos colores -gris oscuro y plata- y quedará «suspendida» de un brazo de grúa a 2,30 metros de altura. La instalación del Unicornio obligará a realizar una pequeña intervención arqueológica, aunque los expertos consideran que la escasa profundidad a la que se realizará la excavación no destapará hallazgos de interés. El conjunto escultórico se completa con la figura del dios Eolo, de 350 kilos, que se instaló a los pies de Don Pelayo los últimos días de mandato de Mario Amilivia.
Arroyo no encuentra la palabra exacta para definir qué siente ante el desbloqueo de un proyecto «enquistado» durante una década. «Ni ilusión ni alegría». «Ha sido de una sorprendente lentitud», en su opinión. Arroyo aclara: «No hago esculturas para rotondas ni exteriores y nunca trabajo para ayuntamientos, diputaciones y comunidades. Mi obra no está ligada a ninguna administración». El proyecto de León era único. «El primero y, seguramente, el último», asegura, porque «me han quitado las ganas». Arroyo, que en un momento llegó a sugerir que tiraran las piezas al río para crear el primer museo subfluvial del mundo, confiesa que lo positivo ha sido trabajar «con gente que me encanta», en alusión a la empresa Decolesa, «que es de mi total confianza». Arroyo no ha querido precisar la fecha exacta en la que visitará Puerta Castilla para supervisar el montaje de sus obras. «Iré, aunque tengo muchos compromisos, porque soy muy viejo...».