El invento del maligno
Tobruk revisitado
Entre la vasta literatura sobre conflictos bélicos, una frase que ha hecho historia, por estar cargada de razón, es la del senador americano Hiram Johnson en 1917. «Cuando llega la guerra, la primera baja es la verdad». Veamos -dentro de lo poco que nos dejan ver- el caso de Libia. La televisión oficial controlada por Gadafi pinta un cuadro favorable a sus intereses. Los rebeldes apenas cuentan con medios y se encuentran con que les cortan los teléfonos y las redes de Internet. Pero tienen en su favor a la opinión pública mundial tras la caída del resto de dictadores vecinos Se manipula la información del campo de batalla en beneficio de la estrategia propia y se maniobra ante el mundo para sacarle réditos en los apoyos externos. Pero lo cierto es que vemos poco. Ni sabemos que pasa de verdad en Trípoli, ni contemplamos la acción en el campo de batalla. Guerra a ciegas.
Ya escribió el sabio estratega chino Sun Tzu en su milenario El arte de la guerra que esta «se basa en el engaño. Aquel que domina el artificio de la diversión saldrá victorioso. Así es el arte de maniobrar». Si la fuerza está en manos del dictador y sus bolsas de petrodólares para contratar mercenarios, el improvisado ejercito popular tendrá que trabajar en estas tácticas. Libia ha sido un campo de distintas batallas durante siglos. La más renombrada quizá sea la del puerto de Tobruk, cuando en la Segunda Guerra Mundial el Eje y los Aliados se disputaban las fuentes de la energía y el acceso a Suez. En septiembre del 42, Rommel doblegó inicialmente a los británicos y checos encastillados en la ciudad del este, que creó una leyenda sobre su resistencia. Lo contó en el cine Arthur Hiller y mas recientemente Vaclav Marhoul en una película militante, con una gran banda sonora de Richard Horowitz: «Hay que luchar contra el mal. ¿Qué habría pasado si no luchamos contra los nazis?
Valores como la libertad y la democracia merecen una defensa constante». A falta de medios, estas son las armas para la moral del pueblo libio en su batalla desigual.