Obras universales que echan humo
Eliminar el tabaco del arte haría caer en el olvido una vasta producción pictórica
Si como hicieron con la célebre pipa de Monsieur Hulot, el célebre personaje de Jacques Tati que ahora chupa un molinillo de viento, se intentara ocultar el tabaco en las artes plásticas podríamos olvidarnos de una vasta producción que, en parte, engloba el libro Fumar en el arte .
Quizás Magritte lograra engañar a los censores, Esto no es una pipa , pero los expresionistas alemanes del periodo de entreguerras, como Otto Dix o Georg Grosz, tendrían serias dificultades para ocultar que en esos cuadros que documentan la vida de la alemana República de Weimar todo el mundo fumaba. Desde la cultura maya hasta nuestros días, ese acto que ahora está tan perseguido ha estado presente en el arte, y eso es lo que atrajo al autor del libro, Alejandro Arís. Lo que puede parecer una curiosidad no es nada si nos fijamos en que Arís es médico, pero un aficionado al arte que no ve motivo para esconder estos cuadros, a pesar de que como cirujano ha visto los estragos del tabaco.
Arte -˜antitabáquico-™. «Aquellos que pueden fruncir el ceño ante la visión de este libro deben saber que, a principios de este siglo, la Organización Mundial de la Salud organizó una exposición de arte antitabáquico con obras tales como una escultura de unos pulmones hecha con terciopelo azul por Milena Dopitova, una composición a base de cien ceniceros de cristal de Murano de Stefano Ariente y una loncha de jamón bordado de Wim Delvoye. Si bien el propósito era claro, dudo que ninguna de las obras alcanzase la belleza de cualquiera de los cuadros de este libro».
Zanja su autor de este modo una polémica que no debería existir, porque para pasar una tarde en ese Bar Italia de Paul Cadmus; escuchar la Respuesta de los cosacos zaporogos al sultán , de Iliá Repin, o simplemente mirar a la Chata de Pablo Picasso, deberemos estar dispuestos a hacer una concesión, que en el arte, esas pipas y cigarros deberán seguir echando humo.