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León añade otra iglesia a la Lista Roja

Hispania Nostra incluye el templo gótico de San Román de Bécares en el ránking de monumentos en peligro

Las fotografías prueban el estado de abandono en el que se encuentra la iglesia gótica de San Román,

León

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La iglesia gótica de San Román, en la localidad de Bécares (Alija del Infantado), acaba de ingresar en la Lista Roja de Hispania Nostra, la versión española de Europa Nostra. Un -˜bochornoso-™ ránking que coloca a León entre las diez provincias del país con mayor número de monumentos en peligro. Con esta nueva incorporación, León ya tiene -˜oficialmente-™ dieciséis edificios históricos en peligro de ruina. Hace sólo unas semanas la iglesia de San Lorenzo de Sahagún también se sumaba a la Lista Roja.

El templo de Bécares, del siglo XIII, presenta un aspecto desolador. Aunque muy dañado, destaca el embovedado mudéjar de la portada y la nave lateral, su bóveda central de cañón construida en piedra y los capiteles de sus columnas. El pórtico es obra del maestro Domingo Salmón Rasilla.

Las tablas de su retablo del siglo XIII se conservan en el Museo de los Caminos de Astorga, tras un rocambolesco expolio, del que no se libraron tampoco las campanas de la iglesia. El coro está hundido.

Resulta llamativo que esta iglesia gótica, con espadaña del siglo XVII, no tiene ningún grado de protección. Hispania Nostra la ha incluido en su Lista Roja por su estado de «ruina progresiva, el hundimiento de la techumbre, la caída de su espadaña y la pérdida de sus pinturas, así como el expolio de sus retablos». También cita los estragos que está provocando una vegetación que se ha ido adueñando de este edificio abandonado. La descripción no podía ser más lamentable. El interior de la iglesia está lleno de pintadas, más propias de retrete que de un monumento.

Patada en la puerta y robo . Según algunos historiadores la iglesia de San Román perteneció a los templarios. Lo que sí parece más probable es que en algún momento dependió del cercano monasterio de San Esteban de Nogales. Maximino Descosido Fuertes, en el número 22 de la revista Tierras de León, publicado en 1975, recoge unas declaraciones del guarda de la finca en la que se encuentra la iglesia, Abel Hernández, que aclara cómo y quién robó el retablo. Según su testimonio, el 15 de diciembre de 1971 unos sacerdotes exigieron al guarda la llave del templo. Ante su negativa a entregársela, «forzaron la puerta, llevándose imágenes y el retablo, lo que provocó un pleito entre los dueños y el Obispado de Astorga». El autor añade que, con anterioridad al depósito del retablo en el Museo Provincial de León, se habían «extraviado» dos tablas. Hoy, lo que queda del retablo se conserva en el Museo de los Caminos de Astorga, que cedió una de las tablas a la exposición de las Edades del Hombre que se celebró en Ávila.

Descosido Fuertes reonoce en su artículo: «Visité la desvalijada iglesia, que se encontraba bastante bien conservada en su fábrica». Este testimonio hace suponer que en la década de los setenta el edificio se encontraba en perfecto estado. También describe que «tiene un pórtico de entrada con esbeltos arcos de medio punto; en el interior de éste, bóveda con remate ojival de sus nervios, hechos con baldosa de barro cocido ( gótico mudéjar ). La entrada de la nave también con arco de medio punto y friso de esquinillas».

No hay datos exactos del momento en que comenzó el declive de la iglesia de San Román, que, a lo largo de sus ocho siglos de historia, perteneció a los Acuña y al vizconde de Castaosa. En los últimos años, fue propiedad de las familias Ojesto y Tuero, quienes vendieron la finca en dos partes: una, a varios vecinos de Alija; y el resto, a «un señor residente en León», según Descosido Fuertes.

Aunque la cifra de dieciséis monumentos históricos abandonados en una provincia con uno de los patrimonios más ricos del país no parezca alarmante, lo cierto es que la realidad es mucho más dramática. Ni siquiera existe un censo oficial con las ermitas, iglesias, castillos, palacios y yacimientos arqueológicos que se encuentran abandonados, no han visto una restauración en décadas y se caean a pedazos.