Hoy es el día D para 'Las moscas'
Tras diez años de espera, el artista Eduardo Arroyo asiste hoy a la instalación del conjunto escultórico que diseñó, como un decorado de ópera, para Puerta Castillo
Han sido necesarios diez años, dos alcaldes y tres concejales de Cultura para que Las moscas de Eduardo Arroyo se posen en Puerta Castillo. Hoy es el día D: la fecha elegida para el desembarco del conjunto escultórico diseñado por el artista lacianiego en uno de los enclaves con más historia de la ciudad.
A la sombra de la vieja cárcel, el gigantesco unicornio, de 700 kilos de peso, será suspendido de una grúa-brazo clavada hace días en perfecta alineación con las acacias de la plaza. Una 'mole' mitológica a dos metros del suelo. Arroyo será testigo esta mañana de la instalación, quizá con la duda de que, en el último momento, vuelva a aplazarse la colocación de unas esculturas que parecen malditas.
Los trabajadores de Decolesa irán depositado una a una las piezas de una de las obras de arte más polémicas. Una gigantesca mosca de 220 kilos 'trepará' por la fachada lateral de la iglesia de Los Descalzos, usada desde hace años por el Archivo Histórico Provincial.
El resultado será un auténtico decorado de ópera. Arroyo, con una afamada trayectoria en el mundo de la escenografía, quería legar a León un montaje excepcional, digno del mejor teatro, para uno de los rincones también más singulares de la ciudad. Será la primera y la última vez, según confesó a este periódico. «Yo no tengo esculturas en la calle ni en glorietas», dijo.
La desesperación no llegó al río. En los años en los que sus obras cogían polvo en unos almacenes, Arroyo llegó a proponer que las tirasen al río Bernesga, para crear el primer museo subfluvial del mundo.
Nunca imaginó Arroyo que su obra levantara tanta resistencia. Y la oposición no ha sido, precisamente, de los vecinos, muchos de ellos «encantados» con la instalación de unas esculturas que van a «revalorizar» el barrio.
Sin embargo, asociaciones como Ecologistas en Acción trataron de impedir desde el primer día el montaje de este conjunto escultórico, que fue plegándose a las exigencias de la Comisión Territorial de Patrimonio, para evitar cualquier 'contacto' con la muralla tardorromana. Pero el rechazo de esta asociación a las esculturas no cejó ni un momento.
En los últimos días de mandato de Mario Amilivia, su concejal de Cultura, Alfonso Ordóñez, instaló, casi sin previo aviso, el dios Eolo diseñado por Arroyo a los pies de la legendaria estatua de don Pelayo que corona el llamado arco de la cárcel. Y no ocurrió nada.
El actual equipo de gobierno ha seguido la misma táctica. Ha dejado agotar prácticamente su mandato para acordar la instalación de las piezas que aún faltan. Aparte del unicornio y la mosca gigante, bajo el dios Eolo, tras la pequeña puerta que en su día daba acceso al Arca de Aguas, se colocará la Celda del Vánitas, una especie de cámara acristalada donde dos gigantescas telas de araña aprisionan a decenas de moscas, mientras en el lado opuesto quince máscaras de bronce contemplan la obra de Aracne.
La cuestión económica. Después de tantos años y cambios de proyecto, no se sabe exactamente cuánto ha costado este conjunto escultórico, por el que inicialmente la Junta de Castilla y León pagó hace una década en torno a un millón de euros, cantidad a la que hay que sumar el coste de la instalación, que asciende a otros 150.000 euros, que sufraga el Ayuntamiento.