Entrevista | raúl gutiérrez 'rulo' | cantautor
«Me metí en la música para ser feliz»
Es sencillo y cercano. Tocar le hace feliz, pero, además, necesita buen ambiente. Por eso dejó La Fuga y creó La Contrabanda. Ahora tiene buenos músicos y buenos amigos. El 14 de mayo presentará e
-Quince años en la música dan para un libro...
-Sí, estoy escribiendo un libro de anécdotas de mi vida en la música. Quiero meter muchas cosas que me están pasando ahora, así que no tengo prisa en publicarlo.
-¿Tiene ya título?
Anécdotas. Tendrá un subtítulo, pero como soy muy voluble no lo sé todavía. Lo que me va a llevar más tiempo es ordenarlo. Vivir en una banda de rock es una anécdota continua.
-Suizidas, La Fuga, La Contrabanda... lo suyo con los nombres tiene tela...
-No lo pienso. Lo importante son las canciones. Tienes que tener una etiqueta para diferenciarte de los demás. Los títulos de los temas tampoco los discurro mucho.
-Rulo y La Contrabanda, ¿es que no son un grupo?
-Yo, como Rulo, no me veía. Somos un cantautor y unos músicos. Puse lo de Contrabanda sin acritud a mi banda anterior. Los que me conocen, lo saben.
-¿Cómo es su relación con La Fuga?
-La relación es inexistente. Llegó un momento en que dos íbamos por un lado, que éramos los fundadores del grupo; y otros dos, por otro.
-¿Y si coinciden en un escenario?
-No pasaría nada. Es comparable a una relación matrimonial y el desgaste de los años. Habrá cosas que curará el tiempo, pero el cadáver está aún caliente. No ha sido una ruptura con sangre. Lo peor es cuando ya ni discutes. Es más un rollo de desgaste.
-En los conciertos canta los once temas de su nuevo disco, -˜Señales de humo-™, ¿y también de su época en La Fuga?
-Sí, los once del disco y diez que compuse en la etapa anterior. Aparte de rellenar el concierto, esas canciones las he sangrado yo. No me veo en el escenario defendiendo canciones que no haya hecho yo. Y esas canciones de mi otra etapa las canto igual de emocionado.
-¿Conserva los fans de entonces o ha cambiado de público?
-En las firmas de discos, que sí tengo contacto con el público, me dicen que les gustaba lo que componía antes y también ahora. Además, hay gente nueva. Eso me pone contento, que los de antes vengan y que se sumen nuevos. En los conciertos noto gente muy joven en las primeras filas; y detrás, gente mayor. Es súper bonito ver gente tan variada escuchar rock. A mí el rock me gustaba a los 14, a los 20 y a los 32. Es atemporal. No es para ninguna edad. Es cuestión de sensibilidades.
Pero en 'Señales de humo' no sólo hay rock...
-Como compositor, en un grupo de rock tienes un corsé. Yo tenía 85 canciones y ahora buscaba que ninguna fuera igual a otra. No me gustan los discos que suenan todo igual. Soy un mar de dudas. Lo más duro es el folio en blanco. Cuando ya tienes cinco o seis canciones vas ganando autoconfianza. Pero al principio crees que no eres capaz.
-¿Cómo compone?
-Folio en blanco y guitarra acústica. Me activa estar de viaje. Ahora estoy componiendo en gira, lo que nunca he hecho. Ya tengo siete nuevas canciones, una muy mexicana -"por mi última gira allí- que irán en el próximo disco.
-¿Y cuándo saldrá el nuevo disco?
-La idea es grabarlo el próximo año. Esta gira durará año y medio, por cinco países y unos 90 conciertos. Componer es un estado de ánimo y ahora no puedo parar.
-¿No es muy duro volver a empezar?
-Sí. Era consciente de que la mayoría de solistas que se van de un grupo y comienzan lo hacen en proyectos más pequeños. Pero yo me metí en la música para ser feliz. Hay grupos que no se llevan bien y continúan porque cuesta mucho llegar. Pensé que siempre iba a haber gente al otro lado, aunque no fuera mucha. Lo cierto es que al salir el disco se puso en el número uno y es increíble. He llenado salas con más de 2.500 personas, en plena crisis y con un primer disco.
-¿Cuántas veces ha actuado en León?
-Muchas. He estado dos veces en Oh! León; también en la Plaza de Toros y en muchos sitios de la provincia.
-¿El público es diferente en cada lugar?
-Sí. Por poner un ejemplo, entre Bilbao y San Sebastián, que sólo están a 55 minutos, no hay color. En Bilbao los tienes ganados desde el principio; a los de Donosti te los tienes que ganar. Cuanto más al Sur, más salvajes. Igual que en Latinoamérica, que van al concierto como si fueran al fútbol.
-¿Y cómo es el público de León?
-Intermedio. No es ni frío ni el que ya canta antes de que salgas al escenario. Me gusta que haya públicos tan distintos. También me gusta el público que hay que ganarlo. León no es un sitio duro.
-¿Cómo hizo para enrolar en su banda a músicos tan conocidos, que han trabajado con Amaral, Macaco, Amaia Montero o Jarabe de Palo?
-Lo primero fueron las canciones. En la anterior banda no me salía ni una canción. Encontrar canciones me dibujó la sonrisa. Luego, tiré de amigos. A Mavilla lo conocía; a Pati, también. Al batería me lo presentaron; y se sumó Fito (de La Fuga). Me he rodeado de amigos. En un año en un grupo vives experiencias que no vives ni con la familia y que te unen mucho o te desunen. He tenido mucha suerte. Cada uno es feliz en su lugar. No sé lo que duraremos, pero lo importante es que cada uno sea feliz. Hay un equilibrio entre buenos músicos y buenas personas.
-Si es duro trabajar, hazlo en algo que te gusta...
-No es duro. Es un hobby total. Que trabajes en lo que te gusta y te paguen es una suerte.
-Pero no será fácil actuar cuando se encuentra mal o tiene mal día...
-Sólo te arruina un concierto una enfermedad. He tocado con fiebre, pero algo tiene el escenario, no sé si es adrenalina, que no te duele nada...
-¿Y la promoción también le gusta?
-Lo bonito es tocar. Sin embargo, cuando mi compañía se relaja, soy yo el que llama para pedir promoción. El disco salió hace tiempo y llevo 17 firmas, pero como va cantidad de gente, sigo... Me gusta cantar, pero lo que hay alrededor también me gusta. Lo que no me gustan son los aviones.
-¿Le pasa como a Melendi?
-Pero sin perder los papeles.
-¿La crisis existe o es una milonga?
-El mundo del espectáculo lo nota mucho. Nosotros, como vamos bien, no me quejo. Pero es cierto que hay menos conciertos.
-¿Ni los grandes artistas llenan los auditorios?
-El productor Íñigo Argomaniz (mánager de Duncan Dhu, y La Oreja de Van Gogh), que lleva 30 años en la música, dice que los polideportivos se acabaron. Los que tienen un público fiel llenan salas; y otros se han tenido que ir a sitios más pequeños.