«Mirando Tierra de Campos, algo se me revoluciona dentro»

El caso de José Luis López Fernándes es sin duda peculiar. Con 12 años salió de su Asturias natal, junto a su familia, rumbo a Buselas, ciudad en la que residió hasta los 36 años. En ese momento decidió regresar a España para enfrentarse a la piel de toro con una mirada adulta, creativa y casi completamente 'virgen', pues, si exceptuamos sus lejanos recuerdos infantiles y un solitario viaje a Barcelona, no había vuelto a pisar su país de origen.

Quizá por eso buena parte de su más reciente producción literaria se ha dirigido a «descubrir» y «enseñar» unas regiones que no dejan de sorprenderle. Así, en su último libro, De Tierra de Campos (editorial Alpala), ha dirigido la mirada a esta -tan mágica como olvidada- comarca del centro de la meseta. Hace más de treinta años, y dirigiéndose a León «por una carretera que no era de segunda ni de tercera», cubierta por un «asfalto saltarín», descubrió una zona «de soledades y añoranzas», un «mar de trigo», chopos, palomares, pastores, vino y «agua que pasa» que ya jamás olvidaría. Como tampoco olvidó el vaso de agua que pidió en una casa, sediento en aquella primera jornada, ni los ojos almendrados de la niña que se lo sirvió. Desde entonces, siempre que observa Tierra de Campos, «algo se me revoluciona por dentro», confiesa. Aunque no todo es alabar, pues también exige «conciencia» cuando ve un palomar abandonado o unas casas de adobe en ruinas.

Y es que este autor, que comenzó elaborando montajes teatrales en Bruselas cuando trabajaba como asistente social, dice que construyó el libro «de una manera muy básica», gracias a fotografías tomadas por él mismo en el transcurso de diversos viajes y sobre las que luego reflexionaba por medio de poemas. De esa manera ha ido construyendo varios libros (va por el séptimo), en algunos de los cuales el maridaje entre verso e imagen quiere convertirse también en una llamada de atención sobre el país que tenemos. «La impresión principal que me quedó cuando empecé a viajar por España, un país que no conocía 'recuerda', fue la diversidad física y cultural, viniendo de Bélgica, que prácticamente es sólo una planicie verde». Y de ahí su afán «no sólo por escribir libros y publicarlos, eso, por sí solo, no vale nada», sino también por ofrecer charlas y mantener encuentros con alumnos en centros escolares, tanto para que los chavales conozcan mejor este variado país como para familiarizarlos con el hecho de la emigración, que José Luis López conoce muy bien.

Ya se refirió a zonas leonesas este escritor que, tras su regreso, vivió en Murcia, Barcelona y León antes de recalar en Asturias, con su libro De Babia y de Luna . Pero además, entre las novelas de este prolífico autor nacido en Valdecuna (Mieres) figuran Los hijos de la vara , El hombre herido o Cacho el grande , y prepara otro volumen de imagen y verso sobre el desierto almeriense de Tabernas. Ayer presentaba De Tierra de Campos en la localidad vallisoletana de Urueña, la Villa del Libro.