Diario de León

El verso de León Felipe se hace danza con 'Los girasoles rotos'

El Ballet Contemporáneo de Burgos llega hoy al Auditorio

Una de las bailarinas, con el gran libro del escenario.

Una de las bailarinas, con el gran libro del escenario.

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e. gancedo | león
León

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«No es lo que me trae cansado/ este camino de ahora/ no cansa/ una vuelta sola/ cansa el estar todo un día/ hora tras hora/ y día tras día un año/ y año tras año una vida/ dando vueltas a la noria».

La poesía de León Felipe, tan fuertemente hundida en la tierra y en la carne, en el sentir cotidiano del hombre de a pie, es una de las fuentes en las que bebe y se inspira Los girasoles rotos , el espectáculo de danza que hoy llega al Auditorio Ciudad de León de la mano del Ballet Contemporáneo de Burgos. Un montaje lleno de lírica y color cuya sola escenografía, tomada del mundo circense, ya resulta espectacular para el público.

El mundo poético que evocan los textos de León Felipe sirve de base al corazón del espectáculo, pero también, y como informan desde la compañía cuya sede es el Teatro Principal de Burgos, la obra del pintor alemán Anselm Kiefer. Del primero dicen: «Las imágenes poéticas que emergen de su obra serán el motor de lo que acontece en el espacio escénico, dando paso a otros tantos reflejos proyectados sobre páginas inmensas de un libro semiabierto en el fondo del escenario», un objeto que remite al mundo creativo de Kiefer.

Los intérpretes que hacen posible este rastreo emocional y estético son cuatro bailarines, un actor y una trapecista. Sobre las tablas, como explican los responsables del montaje, «el joven bailarín celebra sus añoranzas no solucionables con pasos falsos, enredado en su propio baile sin fin, aunque una simple llamada de teléfono le interrumpe... un reclamo desde la realidad que malogra su autocontemplación». Pero también aparecerá en el escenario «un hombre tumbado debajo de un girasol inmenso, imagen quebradiza que subyace por encima de todo con sutil autoridad. Le convierte en ser pequeño, celebrando su afán de buscar un descanso verdadero. Un sosiego anhelado debajo de la bóveda infinita recordando la extraña conversación entre la tripulación del Apolo XI y los que se hallaban en tierra sobre algo nunca visto antes».

Y así, este espectáculo es «la coincidencia de estos distintos seres, con sus peculiaridades, en estos espacios inventados. Engañan por su apariencia inquieta, porque sólo son reflejo de nuestra necesidad de inventar», aseguran sobre este montaje cuya coreografía corre a cargo de Sabine Dahrendorf que en su día fue una de las impulsoras del finalmente fallido Centro Coreográfico de León. La música original es de Josep Sanou.

Lugar: Auditorio Ciudad de León.

Hora: 21.00.

Entradas: 18 euros.

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