Venancio Iglesias abre la Semana Cultural de Olleros
La Semana Cultural de Olleros de Sabero abrió ayer su 27 edición con la presentación del libro Esperando a Susana del profesor Venancio Iglesias, oriundo de esta localidad. El escritor fue presentado por el periodista del Diario Pedro García Trapiello. También estuvieron presentes el subdelegado del Gobierno, Francisco Álvarez; el alcalde de la localidad, José Carlos de Marco, el escritor local Aurelio Loureiro y el coordinador de la Semana, Manuel Fresno. Trapiello dijo que «Venancio ha conseguido que lo que late en el libro, a mí me lata en los ojos a la hora de leerlo. Venancio tiene dos cosas muy importantes en su libro. Tiene cosas que contar, pero sobre todo sabe dómo contarlas. Es un técnico conocedor de todas las características literarias. Está trabajado muchísimo el texto. Es crudo, es tierno, y tiene un exquisito estilo, que late en el mundo rural, que está fuera de sofisticaciones y argumentaciones raras, porque es directo». Por su parte, Venancio Iglesias, autor de Esperando a Susana, señaló que « la infancia dice que es la cuna de todos los relatos y que cada autor busca en la infancia su propia esencia. La verdad es que todos los relatos, a excepción los marroquís que son pocos, y aún esos, están encaminados en el Valle, con anécdotas y el alma del Valle completa. El buscar lo que es la vida con mayúscula dentro de la vida minúscula de cualquier pueblo o cualquier hombre o sociedad». Para el escrito de Olleros, « hablar del presente es interesantísimo y hablar del futuro como fundamento de cualquier presente también lo es. Yo creo que siempre el relato prospecciona en el futuro pero también se asienta sobre la memoria, que es una etapa, de una vida, de un mundo perdido, que proyecta sombras y luces hacia el futuro, por lo que hay que conectar ambas; porque ahora la presencia del relator es mirando al futuro y a nuestro presente». Finalmente, señaló que sería interesante que la gente del valle leyese su libro, porque muchos de ellos se verán allí retratados; especialmente, en muchos aspectos de sus vidas, no sólo en el anecdotario, sino también y, sobre todo, su propia alma.