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Antena 3 comienza a emitir el lunes la serie, heredera de -˜7 vidas-™

Javier Cámara es uno de los protagonistas de la nueva serie.

Javier Cámara es uno de los protagonistas de la nueva serie.

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El invento del maligno josé javier esparza

Gran conmoción por el rifirrafe en Los desayunos de TVE-1 entre Ana Pastor y María Dolores de Cospedal. Objeto del litigio: la nula independencia de los informativos de TVE. Aquí, en Este país, tenemos un problema general que es el excesivo peso de los partidos políticos (y de los sindicatos adjuntos) en todos los ámbitos de la vida, desde la judicatura hasta la banca pasando por la universidad y hasta el sistema sanitario. En el terreno propiamente televisivo, ese peso de los partidos se manifiesta en el reparto clientelar para periodistas amigos según ámbitos de poder, lo cual afecta sobre todo a los canales públicos. En los privados también pasa, porque hay canales privados que son concesión directa y graciosa del poder político, pero es en los públicos donde más visible se hace el enjuague. Uno de los momentos más interesantes del rifirrafe entre Pastor y Cospedal fue cuando la primera, en vez de negar que los periodistas de TVE sean partidistas, contraatacó acusando de lo mismo a los profesionales de los canales autonómicos controlados por el PP. Y seguramente el problema está ahí, y no en otro lado: en que los periodistas, corporativamente hablando, hemos dado ya por buena (o, al menos, por consolidada) una situación en la que la línea informativa de los canales públicos (¡públicos!) depende de la voz del amo. Yo era de los que pensaban -y van ya veinte años haciendo crítica de televisión- que es bueno y útil que haya medios de comunicación de titularidad pública, porque es arriesgado confiar en la conciencia de los canales privados. Pero en los últimos años, y ante la pertinaz evidencia, he cambiado de opinión: puesto que en España no hemos sido capaces en todo este tiempo de crear canales públicos realmente independientes y neutros, y puesto que la broma nos cuesta mucho más dinero del que podemos pagar, lo mejor es cerrar el tenderete, privatizar los canales públicos o directamente eliminarlos, y que el mercado se encargue de absorber las consecuencias. Es triste, pero así son las cosas. Y así se las hemos contado, que decía el otro.

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