Aurelio Loureiro pide en Olleros que se reivindique la memoria de la mina

La segunda jornada de la Semana Cultural de Olleros puso de manifiesto, una vez más, que el apoyo de las administraciones públicas para sacar adelante los proyectos rurales, es fundamental para la recuperación de los pueblos. Así abogaron ayer todos los intervinientes en la mesa redonda, moderada por el escritor Aurelio Loureiro.

El director comercial de Pelayo Mondiale, Santiago Domínguez, señaló que «todas estas zonas que tienen recursos naturales muy importantes tienen mucho que decir en el futuro, pero siempre y cuando se cuente con el apoyo de las Administraciones. Contamos con el recurso del agua, considerado el oro azul que será uno de los bienes con más potencial. El Valle de Sabero debe potenciar las vías de comunicación. Hoy es vital para cualquier desarrollo. Yo creo que puede haber desarrollos importantes de microempresas vinculadas al mundo del agua, de la alimentación, del turismo; incluso podía decir que la minería, aunque ha desaparecido en la zona, no está muerta. Una de los objetivos es mejorar las emisiones de CO 2 con lo cual queda abierta una vía para una posible reapertura de las minas».

Otro tema importante, prosiguió Santiago Domínguez, es la biomasa, y en esta zona existe suelo suficiente para plantaciones de árboles que tienen un desarrollo a corto plazo importante, como puede ser el chopo.

El historiador Siro Sanz puso de manifiesto que «no está mal hacer un ejercicio de memoria, pues los pueblos desmemoriados pierden su identidad y con ella desaparecen los argumentos con los que se pueden defender los territorios y las gentes. La pérdida de memoria hace que nuestro patrimonio sea saqueado, destruido, pues al no tener constancia del mismo no es protegido dejándole a las inclemencias del tiempo y de los hombres. En nuestra comarca, la pérdida de memoria no ha dejado inermes ante los cambijos brutales del siglo XX: inmigración, pantanos, cierre de las minas. Nuestros antepasados vivieron y medraron en una tierra que hoy expulsa a sus hijos».

En su opinión, la falta de memoria es la pérdida de identidad. «Un pueblo que no sabe quién es, es un pueblo que no respeta el legado de los antepasado, un legado que ahora mismo estamos necesitando para que sea optimizado como patrimonio y sea ofrecido a los posibles visitantes. El patrimonio minero y arqueológico están próximos y los dos se pueden presentar en paquetes turísticos que genere riqueza, dirigido a un turismo cultura, que es el que más beneficios genera en un territorio».

Aurelio Loureiro abogó por recuperar la memoria de la mina, trayendo al Valle de Sabero otra gente de otros sitios, y que aporten sus ideas para recuperar la zona.