El italiano Riccardo Muti, premio Príncipe de Asturias de las Artes

El director de orquesta italiano Riccardo Muti se llevó el primer Premio Príncipe de Asturias del año, el de las Artes. El jurado, presidido por José Lladó, destacó su capacidad «para extraer el espíritu de cada obra a través de las mejores cualidades de cada orquesta». Su candidatura había sido propuesta por Teresa Berganza y resultó elegida entre un total de 35, al imponerse en el último momento a la de Joan Manuel Serrat.

El jurado quiso distinguir a Muti «por su trayectoria de dimensión universal vinculada con los mejores teatros del mundo». Según hizo constar en el acta, el galardonado es una figura reconocida «por su vocación investigadora y su formación humanística» y «consigue transmitir al público el mensaje intemporal de la música».

Riccardo Muti (Nápoles, 1941) es desde el pasado año director musical de la Orquesta Sinfónica de Chicago. Antes estuvo al frente de un buen número de las grandes formaciones musicales del mundo, con una carrera vertiginosa desde que en 1967 ganara el Premio Guido Cantelli. Ha sido director del Maggio Musicale Florentino, de la Filarmónica londinense y de la Orquesta de Filadelfia. Entre 1986 y 2005 fue director musical del teatro La Scala de Milán y en 1987 fue nombrado director de la Orquesta Filarmónica del coliseo milanés, creada en 1982.

En 2004 fundó la Orquesta Juvenil Luigi Cherubini, constituida por jóvenes instrumentistas seleccionados por una comisión internacional de entre más de 600 músicos de toda Italia. Esta orquesta participa en un proyecto de recuperación del patrimonio musical, operístico y sacro del siglo XVIII napolitano, en el marco del Festival de Pentecostés, fundado por Herbert von Karajan. La personalidad de Muti es bien conocida en España, donde ha actuado en varias ocasiones y donde, además, ha dado buena muestra de su faceta más generosa, al haber contribuido de manera significativa a la reconstrucción del teatro del Liceo de Barcelona, como recordó uno de los miembros del jurado, el editor Hans Meinke. «Con sus aportaciones ha demostrado una relación íntima con España», apuntó Meinke.

El pianista leonés Joaquín Soriano, propuesto por la academia Imola, era uno de los aspirantes al premio de entre más de 190 candidatos existentes.