Camisetas
El invento del maligno josé javier esparzA
L a última ocurrencia de Supervivientes ha sido organizar un posado de concursantes sin camiseta. Todo eso después de la dramática eliminación de otra concursante, stripper ella, que tuvo que abandonar porque se le reventó la prótesis de un pecho. Ahora los cerebros que se encargan de la promoción comercial de Supervivientes nos han recordado que esa misma muchacha ya se hizo filmar una operación estética de vagina en El cirujano. Ese es el nivel de Supervivientes en esta edición, y lo demás es Toni Genil, Aída Nízar y Kiko Rivera, ex Paquirrín. Que, por supuesto, también se retratan sin camiseta, aunque aún no se les ha reventado nada. Lástima de concurso. Los más viejos del lugar -ya, ya sé que usted es muy joven- recordamos cómo empezó Supervivientes: un concurso de supervivencia puro, importado del mismo tipo de programas que se hacía en otros países, donde una serie de ciudadanos del común afrontaba duras pruebas tanto físicas como psicológicas. Era admirable ver cómo aquella gente se enfrentaba a lo peor. Pero la cosa empezó a torcerse cuando a alguien se le ocurrió sazonar el reto con las habituales dosis de famoseo: que los concursantes en cuestión fueran no gentes del común, sino famosos televisivos. Eso cambió completamente el carácter del programa, porque lo importante a partir de ese momento ya no fue el esfuerzo de supervivencia, sino la personalidad del superviviente
La tercera fase -la de las últimas temporadas- ha consistido en mezclar los dos conceptos: supervivientes stricto sensu con famosillos de ocasión. Pero, a su vez, los ciudadanos comunes que la productora capta para el ejercicio ya no son exactamente personas como usted o como yo o como nuestro vecino del tercero, sino individuos escogidos por su potencialidad friki, o sea, para saltar al otro lado, el del espectáculo. Lo cual, por otra parte, parece haberse convertido en la ambición mayor de una cierta porción de españoles, que son carne de reality. Eso es lo que hay. En el fondo, y si usted bien lo mira, los verdaderos supervivientes somos los demás.