La tropa más irreverente de la televisión deja las ondas

Se acabaron las travesuras en la tele. Sé lo que hicisteis echa el cerrojo después de cinco años y mil programas, dejando huérfanos a más de medio millón de fieles que hubieran aguantado otro tanto o más. La Sexta anuncia la despedida para el viernes y, conociéndoles será una adiós sonoro. A ellos, que se han reído de todos y de todo, no les pega el papel de plañideras. No es ese el espíritu del programa más gamberro. El cierre de SLQH representa más que el fin de un programa. Se hunde el buque insignia de La Sexta. Una evidencia (otra más) de que ya no hay flota ni amarre seguro en televisión. No han dicho por qué se van, pero algo tendrán que ver los números, que nunca han sido para echar cohetes. Llegaron a tener más de un millón de espectadores (OT lo retiraron con dos millones) pero hace tiempo que no manejan números de siete cifras. Ahora rondan los 600.000 y no llegan al 5% de share. Pelín pobre. En todo caso, los números son meritorios porque SLQH ha sufrido dos estocadas de las que otros no se habrían recuperado.

Hace dos años, hartos de escuchar risitas a sus espaldas, Telecinco les llevó a los tribunales y un juez prohibió a Patricia Conde y compañía emitir imágenes de la competencia, que de esto iba el asunto, de poner vídeos de otras cadenas y aliñarlos con generosas dosis de cachondeo y algo de mala leche.

Siguiendo la senda de Telecinco, en SLQH se quedaron sin `suministro´ de Antena 3, Cuatro y Telemadrid. Cerrado el grifo de las imágenes, se reinventaron con canciones guasonas y mucho show en el plató. Por el camino dejaron marchar a Pilar Rubio y a Ángel Martín, que antes de morir de éxito decidió bajarse del tren y marcharse a cuidar de su huerto. Y quién sabe si no habrá contagiado a Patricia Conde y a Miki Nadal su pasión por la jardinería..

Se va a notar la ausencia de la tropa más irreverente de la tele porque sin audiencias grandes lograban hacer ruido. Truenos, para algunos; música celestial para otros. En SLQH han logrado armar dos bandos, los que les ríen las gracias (que son un montón) y los que no (que son unos pocos).