Entrevista | Josie Foster | Actriz y directora
«Me obsesiona mi propia crisis»
Jodie Foster regresa tras las cámaras 16 años después de -A casa por vacaciones- con -El castor-, una película protagonizada por Mel Gibson. El polémico actor no ha dado una sola entrevista debido
El castor es un drama familiar donde hay espacio para el humor negro. El protagonista (Gibson) es un hombre de mediana edad, que hereda una empresa de su padre y cuyo matrimonio está en crisis por la profunda depresión que sufre. El instinto de supervivencia le llevara a interactuar, hablar y recurrir a un muñeco de trapo para superar sus problemas.
-¿Por qué ha esperado tanto tiempo para volver a dirigir?
-Tengo un montón de excusas, pero la principal es que me he dedicado a estar con mis dos hijos. Pero también he rodado muchas películas como actriz,
-¿Cómo ve sus películas como directora?
-He descubierto que tienden a estar muy influidas por la psicología. Es un tema recurrente en mi cine, sobre todo la psicología familia. He cambiado como persona en estos años. He madurado, estoy viviendo otro capítulo de mi vida y me influyen cosas distintas. Mi primera película fue sobre un niño prodigio; la segunda habla de los treinta, las relaciones entre madres e hijos, esta es sobre un hombre de mediana edad. Se puede decir que he hecho una trilogía.
-¿Decidida a su propia vida?
-Puede que sí. Hago películas sobre gente viviendo una crisis espiritual porque es una forma de pasar el tiempo y gastar energía en algo que para mí es una obsesión, mi propia crisis espiritual.
-¿Por qué eligió el tema de la depresión?
-No lo elegí. El guion me fascinó desde el principio. Me pareció una buena historia. Además, conozco a mucha gente afectada por esta enfermedad. La depresión forma parte de mi familia y este filme la explora, analiza las relaciones entre padres e hijos conviviendo con la depresión.
--El Castor- es al mismo tiempo una metáfora de la interpretación.
-La interpretación te obliga a explorarte como ser humano. El peluche se convierte en una herramienta de supervivencia para el personaje de Mel porque le permite volver a vivir.
-¿Siguió Mel Gibson sus instrucciones?
-Por supuesto. A Mel le encantó el guión, le fascinó lo absurdo que es que un muñeco pueda salvarte. Entendió la complejidad del personaje, el sufrimiento de este hombre que quiere ser diferente porque no se gusta a sí mismo.
-¿Temió que Gibson se llevara sus propios demonios a la película?
-"No creo que haya ningún personaje tan cercano a un actor. El gran regalo de los actores es que solo tienen que mostrar un lado de sí mismos, aunque este sea muy doloroso. No es una entrega total.
-Con todos los problemas que tiene Gibson, ¿cómo se atrevió a contratarlo?
-Porque es el actor adecuado para el personaje. Le conozco bien desde hace muchos años y puedo decir sin ninguna duda que es uno de los actores más maravillosos con los que he trabajado.
-Ha rodado -Carnage- con Polanski, ¿cómo se sintió al ponerse a sus órdenes?
-Trabajar con alguien como él reafirma mi pasión por la interpretación.