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TOROs. FERIA DE SAN ISIDRO

La espina de Fandiño

EL FUNDI / IVÁN FANDIÑO / ALBERTO AGUILARPlaza: Las Ventas. 23ª de abono. Lleno.Ganadería: Seis toros de Hijos de Celestino Cuadri. De impresionante fachada. Bravos segundo, quinto y sexto, que dieron mucho juego. El

Iván Fandiño rubricó ayer una gran faena.

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javier lópez | madrid
León

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Iván Fandiño cuajó ayer en Las Ventas una de las faenas más firmes y sinceras de toda la feria, que le valió una oreja de mucho peso, la tercera en tres tardes consecutivas en esta plaza, aunque sin redondear con la «ansiada» salida a hombros: «he ratificado mi gran momento, pero me llevo -˜la espinita-™ de la Puerta Grande».

«Venía con la intención de abrir la Puerta Grande. Estoy en un momento que lo veo muy claro y sé que puedo llegar a conseguir mucho más de lo que ya he logrado esta temporada en Madrid, que ya es. Aún así creo que esta tarde ha sido muy importante y redonda con una corrida que ha exigido mucho. El público así me lo ha reconocido», dijo Fandiño antes de abandonar la plaza. La oreja la paseó del quinto toro, un bravo ejemplar de Cuadri, con el que Fandiño no dudó en ningún momento para firmar una de las labores más emocionantes del serial que acabó ayer.

«La principal virtud del toro es que siempre ha ido a más. Ya en el capote he visto que podía 'servir', y de hecho he tratado de lucirlo en el caballo, y lo de después ha surgido a base de firmeza, querer mucho, no dudar y hacer todo con mucha verdad. Y cuando se hacen las cosas así, como mandan los cánones, Madrid es una plaza única a la hora de valorarlo», reconoció el torero vizcaíno. Antes, en su primera faena, ya pudo Fandiño haber arrancado otro apéndice del segundo, aunque esta vez todo quedó en una aclamada vuelta al ruedo por culpa de la espada. «Ahora mismo no quiero pensarlo porque a lo mejor sí es verdad que podría haber cortado otra oreja. Pero la culpa ha sido mía y de la espada, que, aunque me he tirado a por todas, no ha caído en el sitio preciso y no ha hecho el efecto fulminante que debía haber hecho. No obstante, creo que he estado con la misma disposición y verdad», aseguró Fandiño.

«Tres tardes -˜tocando pelo-™ en Madrid es algo importantísimo para cualquier torero. Lo que pasa es que ahora sólo tengo entre ceja y ceja la Puerta Grande, pero bueno, poco a poco, y despacito, que es como yo siempre he hecho las cosas, seguro que al final llegará», finalizó. Alberto Aguilar se marchaba de la plaza con «una sensación de desesperación», por culpa de su lote, aunque a base de valor, y también de firmeza (incluso cobró una fea voltereta en su primero) su paso de hoy tuvo la recompensa de una ovación.

«Ahora mismo estoy hecho polvo por la paliza que me he llevado de mi primero. Me ha cogido de la tripa y gracias a Dios lo puedo contar. He demostrado que no he venido a pasar la tarde, aunque al final me tengo que ir disgustado por no haber podido dar ni un solo muletazo en condiciones a ninguno de mis dos toros, imposibles a todas luces», reconoció. «El Fundi» se llevó la peor parte. Sus toros no se prestaron ni lo más mínimo, aunque lo peor fue que el tendido tampoco le pasó una, llegándole incluso a pitar.

«Es imposible torear esto. Desde arriba en el tendido, más relajado, se ve de otra manera, pero la realidad es que los toros se quedaban cortísimos, 'rebañando' mucho, y sobre todo orientándose muy rápido y desarrollando sentido. No hay que confundir casta y bravura con peligro y malas ideas», concluyó.