Antonio Bandirali. Artista
«Mis imágenes se enfocan hacia la luz, que contiene, en sí, la vida»
-¿De dónde viene su fascinación por el Génesis? ¿Qué encierra, qué significa, qué supone, para usted, este capítulo de la Biblia?
-Esta pasión nace al profundizar en ciertos aspectos de la naturaleza, que además me sirvieron para ilustrar los códigos de Leonardo da Vinci y mi libro dedicado al infierno, el purgatorio y el paraíso de la Divina Comedia de Dante Alighieri. Me fascina el misterio de la luz y de la vida que hay en nuestro mundo y en el sistema planetario.
-¿Cómo ha afrontado este reto creativo? ¿Cómo se ha desarrollado el proceso de creación de estas obras que ahora expone en León?
-El proceso creativo viene de un largo recorrido artístico de más de treinta años, durante los cuales me he dedicado a la búsqueda de imágenes pero con un particular enfoque hacia la luz, que contiene, en sí, la vida. He dedicado siete años a este proyecto porque cada imagen ha sido cuidadosamente estudiada en profundidad y constatada con expertos biblísticos, como el Cardenal Martini y el Padre Roberto Busa.
-¿Qué relación existe, a su juicio, entre el arte y la religión, a nivel general y en su caso concreto?
-Tanto el arte como la religión siempre se han preocupado por buscar la causa última de la existencia humana en el planeta Tierra. La ciencia también plantea la cuestión de nuestra existencia, y eso lo estamos viviendo hoy, en el tercer milenio, con la investigación sobre la partícula inicial que está teniendo lugar actualmente en el CERN de Ginebra. Arte, religión y ciencia comparten un espacio de confrontación, y el artista trata de interpretar el pensamiento científico y el religioso.
-Su trayectoria artística puede calificarse de búsqueda incesante. Búsqueda... ¿de qué, y por qué? ¿En qué se apoya, para llevar adelante esa exploración?
-Como decía antes, profundizar en las causas, en el origen mismo de la vida. Pero al igual que sucede con todos los artistas de los mercados libres, son los consumidores del arte quienes habrán de valorar y quienes proseguirán mis formas de expresión. En cuanto a los ingredientes, los colores del arco iris son siete, como las notas musicales, por ello, en mi arte intento transmitir, también, la musicalidad. Con la mente y los ojos de un niño libre de influencias externas, utilizo su imaginación para expresar mi forma de comunicación y creatividad.
-Expone usted en la iglesia más antigua de la ciudad, del siglo X. ¿Qué opinión le merece este marco?
-Es maravilloso. Creo que es el sueño de todos los artistas que exponen en un lugar tan rico de historia, símbolo de cultura universal.