Los reyes en la Edad Media ya se teñían el pelo y se maquillaban
Los reyes medievales también se teñían el pelo y se maquillaban, según se ha podido constatar en un análisis de los restos de Pedro II el Gran, Jaime II el Justo y Blanca de Anjou durante la restauración de las tumbas reales en el monasterio de Santes Creus, en Tarragona. «Pocas tumbas reales han sido investigadas en el mundo de manera científica, bien porque fueron destruidas o porque son inaccesibles a los investigadores por las restricciones de casas reales o gobiernos», declaró ayer la coordinadora del proyecto de restauración, Marina Miquel.
Este proyecto está impulsado por el Museo de Historia de Cataluña y se inició en 2010 en el marco de la celebración del 850 aniversario del monasterio cisterciense. Los análisis de los restos del rey Pedro determinan que era un hombre de tipología alta (1,75-1,80 de estatura), con una cara alargada y que «sufrió una enfermedad infecciosa pulmonar, seguramente una tuberculosis, pero no necesariamente fue la causa de su muerte», ha dicho Miquel.
Teñidos de rubio. La investigación química ha determinado «la presencia en los restos de pelos de la barba del rey de Apigenina Genisteina, un producto procedente de la retama y utilizado históricamente para teñir de rubio los cabellos», la misma sustancia ha sido hallada en el pelo de la reina Blanca de Anjou, esposa de Jaime II el Justo. «Conocemos tratados antiguos de cosmética, pero no sabíamos que el rey Pedro el Grande o Blanca de Anjou se tiñeran de rubio», ha explicado. En la cara de la reina se ha encontrado además restos de ácido carmínico, que se habría utilizado como maquillaje facial.
En ambos casos se ha realizado la reconstrucción facial, que en el caso de Blanca de Anjou ha permitido constatar que, como pasa en muchas tumbas góticas, la representación escultórica del yacente «no es un retrato fidedigno, sino una idealización estética». Las investigaciones han demostrado también que Blanca de Anjou murió debido a complicaciones después de un parto.