Dos hermanos que son multitud
Cuando uno hace memoria y recuerda las noches de verbena en la plaza de las palomas -unas fiestas de San Juan y San Pedro cualquiera- tararea sin querer letras que desde su infancia han estado ahí, historias que narran la historia de tu tierra, versos populares que seguramente nadie sepa de dónde vienen, pero sí quién consiguió que descansaran por siempre en el subconsciente colectivo.
No son los únicos, pero los hermanos Quiñones quizá sean los que más han hecho -y aún hoy continúan haciendo- por conservar vivo el folclore tradicional leonés. Dos autodidactas de la música que se mantienen «por amor al arte, a la cultura, no por el dinero». Y dos que sí son multitud, porque en casi 50 años de trayectoria profesional han dado nombre a Aldaba, a La Rueca y a Los Mágicos 70. Estos dos últimos grupos perduran incansables en el tiempo entre el folclore leonés del primero y el pop rock que marcó a toda una época del segundo. «Los Mágicos comenzó en 1964 con un grupo de cinco amigos que versionaban a Los Beatles, al Dúo Dinámico, a Los Brincos... poco a poco comenzamos a tocar por toda la provincia y aunque es cierto que la gente nos reconoce más a nosotros dos, sin el resto de componentes, Alberto Espadas García y Mario Delgado Álvarez -hoy ya sólo somos cuatro- sería imposible contar con este reconocimiento».
Esteban y Agustín Quiñones actuaron por primera vez con ocho años en el programa radiofónico Tablado Infantil que emitía Radio León cantando La Campanera y Los doce cascabeles. «Íbamos con la intención de recitar, pero el presentador nos preguntó si sabíamos cantar, y como llevábamos la vena materna bien prendida en el alma nos lanzamos. Ganamos tres años seguidos el primer premio».
En 1986 nace Aldaba y diez años después La Rueca, recuperando en ambos conjuntos la canción tradicional leonesa con temas de siempre y también propios.
Pese al cariño y la fidelidad del público, los Quiñones tampoco se han librado del pésimo momento económico que sufre el país. «Es una mala época para la canción tradicional, las instituciones no nos apoyan y hemos pasado de dar 80 conciertos en un verano a sólo 10. Si comparas nuestro caché con el de Sergio Dalma o Carlos Baute resulta irrisorio. El Instituto Leonés de Cultura es de los pocos que apuestan por nosotros actualmente», añaden.
Aún así ambos se muestran firmes cuando se les pregunta si han perdido la ilusión por tocar. «Jamás, la llama sigue igual de viva que la primera vez. El cariño del público tiene gran parte de culpa, emociona ver hasta a tres generaciones sentadas esperando a que dé comienzo nuestro concierto. Eso no tiene precio», finalizan.
La Rueca estará en Combarros el próximo 15 de agosto mientras que a Los Mágicos 70 se les podrá ver el próximo 9 de julio en el Castillo de Valencia de Don Juan.