A la gloria a través de la paciencia
El artista leonés José Manuel Chamorro presenta hoy en la iglesia capitalina de Palat del Rey su interpretación plástica del Libro de Job, rebosante de fuerza expresiva
«Los cuadros de esta exposición están inspirados en el sufrimiento humano, sobre todo cuando no se produce por una razón lógica y, por lo tanto, resulta inexplicable». Este es el germen de la exposición que hoy a las 18.00 se inaugura en la iglesia de Palat de Rey, la más antigua de la capital leonesa, y que lleva como título el nombre Job , el paciente personaje bíblico . Su autor es José Manuel Chamorro, un leonés de Villademor de la Vega que vive en el exilio madrileño. Allí desarrolla una ingente labor alrededor de la pintura que después, capítulo a capítulo, va presentando en su tierra, en León.
Hace algún tiempo Chamorro estaba enredado en las andanzas, venturas y desventuras del héroe por antonomasia de La Mancha. Don Quijote significó mucho en la trayectoria artística de este pintor. Vimos los resultados de su trabajo en el Palacio de Don Gutierre.
Ahora llega al magnífico espacio expositivo de San Salvador de Palat de Rey con una obra mucho más ambiciosa, con una impresionante serie de óleos y unos cuantos grabados de enorme calado plástico. José Manuel Chamorro cuenta así la génesis de esta colección: «La serie comenzó llamándose Rostros sin rostro , porque pienso que el rostro es la más clara identidad de la persona. En la cara es donde se reflejan las emociones, los sentimientos, las alegrías y las penas. En estos cuadros pintaba rostros con un vacío en el lugar donde deberían estar situados los ojos. En ellos pretendía reflejar esa incomunicación exterior que muchos seres humanos sufren por muy diversas circunstancias».
En Job , juega el artista por un lado con rostros misteriosos que emergen de las profundidades de la materia pictórica. Por otro, se inventa un sugerente mundo de formas geométricas en las que la sensibilidad del artista ha sido capaz de mostrar todo un mundo de sensaciones y sentimientos. Además, hay en sus cuadros, especialmente en sus grabados, figuras orgánicas de gran belleza y de extraordinario colorido.
En toda la muestra están presentes las ideas contenidas en el libro bíblico de Job . «Creo que en él se plantea perfectamente lo que he querido representar en estos cuadros. Lo he hecho a través de una gama cromática muy contenida que está íntimamente relacionada con esa contención interior que produce la impotencia ante algo que no tiene ni explicación ni sentido. Las formas se diluyen en el lienzo como el sufrimiento humano se evapora a lo largo de la existencia».
No una mera ilustración. Ninguna duda hay de que esta amplia colección pictórica tiene un profundo contenido religioso. «Yo -”dice el artista-” no quiero que mis cuadros sean una mera ilustración del Libro de Job, sino más bien un retrato del propio Job. Los sabios amigos de Job tratan de explicarle que algo ha tenido que hacer para que caigan sobre él tantos sufrimientos. Pero Job sustenta y mantiene su inocencia. Él no ha hecho nada, no merece ese trato. Existe una contraposición entre el mal como retribución, como castigo, y el mal que no tiene una correlación causa-efecto, sino que es arbitrario. Esa es la interpelación que Job le hace a Dios: ¿Por qué?».