«La Catedral de León tiene la máxima seguridad»
El archivo custodia en cajas blindadas 102 códices y unos 2.000 pergaminos
¿Es posible robar un manuscrito en la Catedral de León? «Habría que reventar las dos cajas fuertes y pesan dos toneladas cada una», asegura Manuel Pérez Recio, archivero del templo gótico.
Hace 42 años que no desaparece ninguno de los 50.000 fondos que ha recopilado la Catedral en once siglos. «Tenemos las máximas medidas de seguridad», afirma el guardián de 102 códices y más de 2.000 documentos en pergamino únicos en el mundo. El torreón de la Catedral se abrió al público por primera vez hace un año tras convertirlo en una auténtica cámara acorazada, donde se exponen los manuscritos más excepcionales del templo gótico: la Biblia mozárabe (siglo X), el Antifonario (un libro de cánticos fechado en el año 1069) y El libro de las estampas, que contiene las copias de los testamentos de los reyes leoneses a favor de la Catedral, considerado uno de los tres códices más singulares de la España medieval. El torreón, que en su día ya fue archivo, custodia, en expositores blindados, los tesoros bibliográficos de la Catedral. El resto de los manuscritos se custodian en la cámara de seguridad, bajo triple llave, donde «sólo especialistas del máximo nivel y en contadísimas ocasiones», según Pérez Recio, tienen acceso a ellos. «Todos los documentos están fotocopiados y estamos tratando de digitalizar los códices». La Catedral de León ha ido atesorando valiosos manuscritos desde el año 860, cuando Ordoño I donó al obispo Frunimio una serie de libros litúrgicos, que éste legó a su vez a la Catedral. Había nacido el archivo. El torreón es un espacio de alta seguridad, no sólo para evitar robos, sino para mantener en las mejores condiciones unos documentos de once siglos de antigüedad y preservar intactos los pergaminos y pigmentos que utilizaron los monjes y calígrafos que los iluminaron hace once siglos. En el torreón también puede verse la célebre Nodicia de Kesos ( uno de los primeros textos en romance), el sello rodado de Alfonso IX y cartularios como el Testamento del rey Silo (año 775), que es el primer Su valor reside en que se trata de la primera credencial original y auténtica de la diplomacia española. Unas 40.000 personas pasan al año por el Museo Catedralicio. Resulta lógico extremar al máximo las medidas de protección, teniendo en cuenta que El libro de las estampas fue robado en la década de los sesenta. El templo está protegido además por cámaras de seguridad.