En las cintas de Santiago todos son -sospechosos con mochila-

La gran cantidad de personas que aparecen en las grabaciones de las cámaras instaladas en la catedral de Santiago está complicando el análisis policial que se sigue tras la desaparición del Códice Calixtino.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Galicia explicaron que los agentes proceden a la recopilación de datos y recogida de declaraciones de «posibles testigos», entre estos al personal de la catedral, por si pueden aportar algún dato esclarecedor de la investigación.

Al mismo tiempo, los agentes continúan el visionado de las imágenes grabadas en la catedral que, señalaron las fuentes, «está resultando muy complicado». Esta dificultad viene dada porque se trata de diferentes cámaras y las numerosas personas que aparecen en las cintas, muchas de ellas portando mochilas, complica la extracción de datos.

Para reforzar los trabajos de investigación se han trasladado a Santiago de Compostela tres agentes especializados procedentes de la Brigada Central de Patrimonio Histórico de Madrid. Estos especialistas colaboran con casi una decena de agentes de la Policía Científica de las comisarías de A Coruña y Santiago. También en los últimos días se han intensificado los controles en diferentes puntos de la ciudad de Santiago de Compostela, y se ha incrementado la presencia de agentes uniformados y de paisano.

Ayer el portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, cuestionó las medidas de custodia del Códice Calixtino y señaló que la falta de seguridad «era poner en bandeja» este robo.

Vázquez criticó que la Xunta se limite a «lamentarse» y consideró que hay «dudas más que razonables del papel de la Iglesia» en la custodia del libro.

Según el político nacionalista, la opinión pública se ha quedado «estupefacta» al ver cómo las medidas de seguridad de ese libro del siglo XII muestran que su custodia estaba «encomendada al mismísimo apóstol» Santiago en espera de un «milagro». Asimismo, la viceportavoz del BNG en el Parlamento de Galicia, Ana Pontón, aclaró que, de acuerdo con la legislación vigente, cualquier libro de más de cien años está considerado como un Bien de Interés Cultural, lo que implica, dijo, que su propietario tiene la obligación de «conservarlo, cuidarlo y protegerlo» para garantizar su «integridad» y evitar la «pérdida, destrucción o deterioro».

Señaló que la sustracción del Códice debe ser considerada como una «infracción muy grave» y añadió que la Administración gallega tiene una «responsabilidad» y una «obligación de velar por que esto se produzca». El Códice Calixtino fue echado en falta hace una semana del lugar donde se custodiaba.