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Ajuar de un sacerdote egipcio para ir al más allá

Arqueólogos españoles llevan una década desenterrando tesoros en Luxor, donde encontraron una tumba intacta de hace 3.000 años

Estatuillas de barro encontradas en Luxor y una momia intacta, cuya tumba sin profanar, de hace 3.00

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miguel lorenci | madrid
León

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«Llevamos diez años excavando y hemos realizado hallazgos fascinantes, pero aquí se podrá seguir investigando y hallando tesoros durante los próximos cien años». Así lo cree José Manuel Galán, egiptólogo y arqueólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), al frente del equipo que excava en Luxor desde 2001.

Es la cara visible del -˜proyecto Djehuty-™ cuyo último y feliz hallazgo son casi un centenar de figurillas de barro pintadas de unos 3.000 años de antigüedad. También un centenar de momias de animales de la era grecorromana.

El equipo dirigido por Galán desenterró las figurillas en el depósito de la necrópolis de Dra Abu el Naga, en la orilla occidental del Nilo, en la antigua Tebas, en las proximidades del actual Luxor. Las estatuillas, denominadas -˜shabtis-™, son, con casi total probabilidad, parte del ajuar funerario de un sacerdote. Su finalidad era acompañar al difunto en el más allá y auxiliarle en las labores agrícolas. Los habitantes del paraíso debían trabajar en los campos de cultivo arando y abriendo canales de regadío, y en esa labor quedaba encomendada a las figurillas de terracota que fueron soterradas junto al difunto. No en vano, las estatuillas, que tienen unos 15 centímetros de altura, sostienen dos azadillas para labrar y portan en la espalda un pequeño saco de semillas.

Intacto. El nombre del propietario de las figuras aparece inscrito en vertical sobre sus piernas juntas y estiradas. Se trata de Su-en-amon, quien vivió durante la dinastía XXI, hacia el año 1.000 antes de Cristo.

Su nombre está en toda las figuras que los arqueólogos las descubrieron durante las excavaciones al suroeste de la entrada a la tumba de Djehuty. Según Galán, la importancia del hallazgo reside en que la zona «está intacta desde una época muy antigua, hace al menos 3.000 años», y a que «los ladrones y egiptólogos del siglo XIX y principios del XX que pasaron por aquí no tocaron el terreno». «A medida que profundicemos en la excavación, nos esperan estratos más antiguos en relativo buen estado», se felicita Galán, investigador adscrito al Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC.

Djehuty era supervisor del Tesoro y de los artesanos de la reina Hatshepsut, una de las pocas mujeres del antiguo Egipto que ejerció de faraona en torno al año 1470 antes de nuestra era.