«Las orquestas de cámara de España compiten en champions»

Miguel Jiménez es de esos pocos afortunados a los que les suele acompañar el don de la bilocación. A su labor como solista de la Orquesta Nacional de España, se unen la docencia en el conservatorio de Palma de Mallorca o sus colaboraciones con la Jonde, la Oja, la Jocma y la Orquesta del Conservatorio de Valencia, así como a los conservatorios de Ávila, Soria, Valencia o Zaragoza para impartir cursos de perfeccionamiento. Ayer concluía un curso en Cataluña, hoy inaugura las Quintas Clases Magistrales de Violín, Viola y Violoncello que Scordatura organiza en León.

-Apenas tendrá cuatro días para trabajar con sus alumnos. ¿Cuál es el objetivo principal que persigue cuando el tiempo es tan reducido?

-Conseguir que mejoren sus recursos técnicos y musicales para el resto del curso académico. Aunque lo primordial es transmitirles cierto entusiasmo ante las dificultades.

-Ya ha tocado varias veces en el Auditorio Ciudad de León y siempre destaca la calidad de su acústica...

-Es sin duda alguna uno de los mejores de España tanto en su acústica, como en la modernidad y ubicación.

-¿Cómo se llega a ser solista de una orquesta?

-Trabajando y estudiando mucho. Hay que hacer las cosas cada vez mejor. Este mundo es muy competitivo y siempre debes estar en forma. Aunque parezca una paradoja, me resulta más complejo cuando he de tocar sólo cuatro notas como solista que una gran obra.

-¿A qué nivel se encuentran las orquestas de cámara en España?

-La realidad es que todavía no nos encontramos al nivel de Berlín o Viena pero sí se puede decir que jugamos -˜la champions de las orquestas- y estoy seguro de que en pocos años estaremos aún más arriba. En la Orquesta Nacional el nivel ha aumentado considerablemente, en estos últimos seis o siete años ha sufrido un proceso de evolución interesante.

-¿Qué falta para pelear con los más grandes?

-Que las administraciones gestionen mejor las cosas, que hasta ahora no lo han hecho y mira, el tiempo les ha quitado la razón. No se ha confiado en los músicos de casa y eso ha provocado grandes daños. Es hora de desterrar el complejo de inferioridad de los españoles.

-¿A pesar de su trayectoria y experiencia aún le queda algo por aprender de la música?

-Mucho. La formación es continua. Creer que lo sabes todo sólo es el principio del fin. Yo pienso en música las 24 horas y ensayo entre 5 y 6 horas diarias.

-Ha asistido a clases magistrales impartidas por Christophe Coin, Marçal Cervera, Jörg Baumann, Mstislav Rostropovich, Anner Bylsma y William Pleeth. ¿De quién ha sacado mayores enseñanzas?

-Cada uno me ha aportado algo en un aspecto diferente. De unos el sonido, de otro cultura musical, expresión...

-Estamos acostumbrados a escuchar música clásica en los conciertos, pero ¿hay cabida para las obras contemporáneas?

-"Se compone mucha música contemporánea pero es cierto que su aparición es minoritaria. Creo que como en otros casos será más valorada cuando pase el tiempo. El arte en general se infravalora demasiado en España.

-"¿Valora el público español la música clásica?

-"No todo lo que debería. A la gente por desgracia le da mucha pereza este tipo de música, prefieren la inmediatez y la música clásica requiere más que nada paciencia. Aquí los toros y la fiesta sí interesan pero no la música clásica no, en este sentido nuestra cultura musical es preocupantemente inferior a la de otros países.