«Este festival es un milagro»

—Hoy es la última jornada de la decimocuarta edición del programa Robles, son muchos años ya.

—Me emociono mucho por estar aquí desde hace tanto tiempo. Es un milagro que funcione porque lo hace gracias a la voluntad de todos los amigos que participamos en el festival y gracias al anfitrión, Eduardo Arroyo.

—¿Qué recibimiento os ofrece el pueblo de Robles?

—Siempre la asistencia ha sido increíble. Normalmente falta espacio, se llenan todos los asientos, incluso hay gente de pie. El silencio es sepulcral, sólo se escucha la música. a veces interrumpida por el sonido de algún animal, como una cabra o un pájaro.

—¿Cuál es la historia de este festival?

—Todo empieza gracias a una continua y cuidada amistad con Eduardo, él tiene un piano en su casa y siempre acabábamos haciendo música, tocando y cantando. El pintor nos dijó que su pueblo era maravilloso y que la gente no podía acudir a los conciertos porque la localidad está muy lejos de la ciudad y con la idea de terminar con esa carencia nació la primera edición.

—Esta iniciativa es interesante porque sirve para acercar al público rural música que normalmente se hace en las ciudades...

—La idea es que hay poca gente de Robles que vaya a León o a Oviedo a escuchar un concierto, no sólo por la distancia, también porque están fuera de ese ambiente. Además, también es una forma de acercar a la gente de los grandes núcleos al mundo rural, viene gente de Galicia, de León, de todas partes... que repiten muchos años y disfrutan de unos días en Laciana.

—¿Cómo es el proceso de contratación?

—Todos los colaboraciones surgen por amistad, no llamo nunca para contratar. El programa de Robles es un festival de amigos, a los que atraemos con un pueblo muy bonito y con gran libertad porque cada uno toca lo que le apetece. Muchas veces son temas que no forman parte de los programas de las giras, está hecho para disfrutar de la música, el ambiente y la localización. Nos lo pasamos muy bien haciendo canciones que no son habituales, pero que nos apetece interpretar.

—Entonces, esa es la diferencia con otros festivales.

—Efectivamente, no es como cuando estás de gira y la gente te ve, porque muchas veces falta implicación. El festival de Robles es más informal, aunque como profesionales actuamos siempre con seriedad. Después en este programa hay más variedad, desde cabaret a música gallega, organizados en una especie de microconciertos, de quince a veinte minutos, por la que pasan gran cantidad de artistas y estilos.

—Hábleme un poco del elenco y del repertorio del programa Robles.

—Tenemos a un gran número de artistas, por ejemplo a Alexis Delgado que es un magnífico pianista y acaba de tocar obras de Bach en el teatro de la Zarzuela. También están Leticia Moreno que está pisando muy fuerte. Adolfo Gutiérrez debutó el año pasado con la Orquesta Sinfónica de Londres con gran éxito, es un gran fichaje. Además está Enrique Viana, tenerlo aquí es un honor siempre, el gran éxito del festival no se explica sin él. También tenemos a David Martín que es un muchacho leonés, muy joven que está pisando muy fuerte y a Máximo Pradera, Carmen Serrano, Antonio López, David Martín y muchos otros.

—¿El público está cada vez más interesado en la música clásica?

—Normalmente es música para una minoría, lo percibo ahora más que nunca porque estoy trabajando con Ana Belén en un espectáculo musical. Ella atrae a un público que no es el mío, pero con nuestra colaboración se dan cuenta de que se disfruta mucho con la música clásica. Con estas iniciativas se intenta que el público disfrute con el arte en general y podemos abrir esas fronteras, pero sabiendo que es música para un público minoritario.

—Jóvenes de toda España quieren dedicarse a la música clásica profesional, sin embargo muchas veces no saben cómo y no terminan de ver la luz al final del camino. ¿Qué consejo le podría dar?

—Cuando hablo con estos músicos lo que les recomiendo es que si realmente tienen mucho talento, tienen que confiar en ellos. Es muy importante formarse, encontrar dentro de ti la música que mejor puedes hacer. Por ejemplo, los españoles normalmente son los mejores haciendo música de compositores nacionales como Falla o Granada, por lo que es imprescindible la especialización. Esa es la palabra, especialización.