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Ancares, el éxito de un nombre

Un libro de Julio Álvarez Rubio describe paso a paso el paisaje y la cultura popular de los valles leoneses de Ancares y Fornela, y los gallegos de Cervantes y Suarna

Panorámica del Real Valle de Ancares visto desde el puerto de La Cruz de Lumeras.

Publicado por
e. gancedo | león
León

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Ancares es un río y un valle de la provincia de León, pero tanto si uno viaja desde el Bierzo como desde Lugo comienzan a verse carteles de ‘Los Ancares’ u ‘Os Ancares’ en Vega de Espinareda, si no antes, o Becerreá. Un nombre de éxito que ha ‘colonizado’ otros valles y otras tierras, y que algunos identifican antes con Galicia que con León. Sea como fuere, la zona alberga importantes valores naturales y culturales que ahora desentraña en un nuevo libro el lacianiego Julio Álvarez Rubio.

«En los últimos tiempos, el valle leonés de Ancares prestó su apelativo a la sierra entera que drena al río Navia por Galicia y al Sil por la fosa de El Bierzo —así comienza Álvarez Rubio a presentar su obra—. La colonización toponímica está afectando a la identidad del concello lucense de Cervantes, de tan antiguo y sugerente nombre e igualmente esplendoroso en naturaleza, calidad biológica, paisaje cultural y acervo legendario». «Así pues, esta guía se ocupa de ambas vertientes (Ancares, Fornela, Burbia, Cervantes y Suarna), proponiendo rutas para cubrir en automóvil e itinerarios apropiados para diverso tipo de caminantes», continúa el investigador y divulgador de Villablino, autor de varias guías sobre el noroeste leonés y libros que aúnan investigación y creación literaria.

El texto, informan desde la editorial asturiana Calecha, encargada de publicar la obra, «es producto de una mirada curiosa, a veces desmitificadora, ajena al cliché y a las prolijas descripciones técnicas o académicas. Es un relato más cercano a lo pequeño, expresado con el lenguaje directo y el sentido del humor que caracteriza a un artesano narrador empeñado en aproximar la guía turística a la categoría del libro de viajes». En la obra destacan, además del hecho de que Álvarez Rubio se ocupó de «patear» todas y cada una de las rutas e itinerarios que se ofrecen, las espectaculares fotografías incluidas y una abundante y cuidada cartografía (mapas de carreteras y caminos, planos de villas y pueblos, perfiles de rutas....)

Álvarez Rubio dedicó todo un año a recorrer intensamente este norteño país para consignar sus rincones más bellos y extraer lo más representativo de su cultura popular, de la ganadería a la artesanía, de la arquitectura a la lengua vernácula: lo mejor de todo ello, comprobar la «extraordinaria biodiversidad de estas comarcas» y que, a pesar de la despoblación, los vecinos siguen cuidando con mimo su paisaje diario, esos prados «que para segarlos sin caerse casi hay que atarse a un árbol», comenta el autor; y lo peor, por desgracia, comprobar cómo la vertiente leonesa está más deteriorada, sobre todo a causa de las muchas pistas que la cruzan por todas partes. Álvarez Rubio, padre también del muy seguido blog Noroeste leonés , explica que en lo que respecta a la arquitectura tradicional (hórreos, casas), Galicia «cuida esos aspectos algo más», pero en León suele reinar la «falta de control» en cuanto a construcciones.