Diario de León

Las eólicas ponen en riesgo los castros omañeses

El arqueólogo Julio Vidal estudia tres nuevos emplazamientos en Valdesamario.

El castro de Cubiello, atravesado por un cortafuegos, y el de Cazarnoso, junto a aerogeneradores.

El castro de Cubiello, atravesado por un cortafuegos, y el de Cazarnoso, junto a aerogeneradores.

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e. gancedo | león
León

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El arqueólogo territorial de la Junta en León, Julio Vidal, junto a la también arqueóloga María de la Luz González, ha hecho público el descubrimiento de tres yacimientos arqueológicos de tipo castreño entre Omaña y Valdesamario, en el noroeste leonés. Un artículo firmado por ambos expertos y publicado a través de la revista comarcal De Omaña desvela la existencia de estos tres castros a la vez que alerta de las graves alteraciones que este tipo de patrimonio está sufriendo debido a la proliferación de parques eólicos en la comarca.

«En el año 2008, paralelamente a las obras de construcción del parque eólico ‘Valdesamario’, se llevaron a cabo intervenciones arqueológicas en una zona situada al noreste de Ponjos en la que se iban a situar varios aerogeneradores —explica Vidal—. El lugar, un cerro muy destacado en el paisaje, es conocido como El Cazarnoso y se sitúa a considerable altura, unos 1.480 metros, lo que le proporciona una gran visibilidad sobre el terreno circundante» («una auténtica acrópolis», la llama el arqueólogo), y en él destacan «importantes amontonamientos de piedra».

Las prospecciones realizadas habían permitido atisbar la posible importancia arqueológica del lugar, con «alineamientos de piedra en seco que obligaron a llevar a cabo trabajos más profundos, consistentes en excavaciones que, al igual que las prospecciones, fueron dirigidas por la arqueóloga Alicia García», recuerda Vidal, quien concreta cómo los trabajos permitieron confirmar la existencia de un «asentamiento de tipo castreño». «El recinto tiene una muralla de piedra de unos tres metros de espesor que encierra una superficie de poco más de mil metros cuadrados», añade.

Pero, al hilo de estos trabajos se tuvo la ocasión, gracias a un reconocimiento general realizado por fotografía aérea, «de registrar otros dos yacimientos muy similares al Cazarnoso, que lo flanquean, tanto por el Este como por el Oeste, pero a diferente altura», informa.

El primero de ellos es el llamado Cueto de Candanedo, ubicado a 1.370 metros de altitud y a 650 al suroeste de Cazarnoso. Para su construcción «se buscaron unos afloramientos de cuarcitas aprovechados parcialmente para levantar unas notables defensas de piedra en seco, que sirvieron para cercar un recinto de aproximadamente 1,7 hectáreas de superficie», indica el arqueólogo territorial de la Junta. Con una importante visibilidad sobre el valle del Samario, es posible, añade Vidal, «que en la zona más alta exista una pequeña ‘acrópolis’ en un recinto más pequeño».

Atravesado por cortafuegos . El último de los castros se encuentra a unos 850 metros en línea recta a Cazarnoso, en dirección sureste, en un otero llamado Cueto Cubiello, a 1.310 metros de altitud. También aquí se aprovecharon cuarcitas «para implantar una muralla de piedra en seco que dibuja un recinto de 0,4 hectáreas, en este caso de planta que tiende a rectangular para aprovechar los crestones de roca».

Un lugar que, como los otros dos, domina todo Valdesamario y que, como expone el arquéologo, «ha sido atravesado en estos últimos años por un cortafuego, que lo destruye parcialmente en sus lados norte y sur». Tres castros que vienen a enriquecer la densidad, en la comarca, de sitios de tal cronología.

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