«Con la que está cayendo, hay que hacer reír a la gente más que nunca»

La soledad. Ese es el hilo argumental sobre el cual girará el espectáculo del cómico, «pero más que nada actor» Goyo Jiménez, que este domingo hará llorar «de risa» a los leoneses que se acerquen hasta el Auditorio —a las 21.00 horas—. Con su Aiguantulivinamérica , el también presentador inaugura el ciclo Humor HD que se completará los días 3 y 4 de octubre merced a las actuaciones de Tony Moog y Miguel Lago.

—Menudo tema para un monólogo...

—No te creas, el objetivo es llegar a la gente y no hay ser humano que, al menos una vez en su vida, no la haya experimentado. Además no es un monólogo como los que pueden verse en el Club de la Comedia . Esto es un show completo, con su tesis y posterior desarrollo donde hago imitaciones, diferentes sonidos, improvisaciones y mucha pantomima. Conjuga numerosos recursos técnicos y de interpretación con un texto original. Me gusta decir que yo no cuento las cosas, las hago.

—Tal y como está el panorama en España. ¿Qué es más difícil, hacer reír o hacer llorar?

—Sin duda alguna hacer reír. Aunque con la que está cayendo, es obligatorio provocarle una carcajada a la gente más que nunca.

—¿Escribe sus propios monólogos o hay alguien que le hace el trabajo sucio?

—Los creo yo mismo. Es cierto que al Club de la Comedia suelen acudir dos actores por programa a los que un equipo les hace el monólogo y otros dos humoristas que aportamos nuestros propios textos.

—¿Y se puede vivir de ellos?

—Sé que mucha gente se me echará encima con esta respuesta pero sí, se puede vivir de los monólogos, siempre que seas bueno claro.

—Además de sacarlo de gira, su ‘Aiguantulivinamérica’ tiene sede fija en Madrid.

—Llevo dos años y medio en Gran Vía y por el momento la gente responde. Las sesiones son los jueves, viernes y sábados.

—Y todavía le queda tiempo para presentar ‘No le digas a mamá que trabajo en la tele’...

—Por fortuna, allí termino a las seis de la tarde y salgo pitando al teatro.

—El programa comenzó el pasado mes de junio como sustituto de ‘Tonterías las justas’, que a su vez se mudó a Antena 3. ¿Esperaba consolidarse tan rápido en las sobremesas de Cuatro?

—Personalmente sí esperaba el éxito porque el trabajo es bueno. Hasta que encuentras tu propia identidad es complicado, había que demostrar al gran público que nuestro formato no tiene nada que ver con lo que hacían Flo, Dani y Ana. De todos modos las comparaciones son inevitables. Yo siempre digo que cada español lleva un seleccionador y un crítico de televisión dentro.

—Aunque en televisión ya ha bía trabajado en formatos como ‘La hora chanante’, ‘Splung’ e incluso ‘59 segundos’, esta es la primera vez que actúa como presentador principal. ¿Cuál es la diferencia?

—Muy simple. Si las cosas van bien el éxito es de todo el equipo, pero si van mal soy yo el que me llevo las hostias. (Risas). Empezamos a trabajar a las 8.00 de la mañana. La dinámica del programa depende un poco de si hay que grabar esqueches o los invitados que vengan

—Todo el mundo conoce su faceta cómica, pero en el teatro también ha interpretado a Cervantes, Tirso de Molina o Lope de Vega...

—Me gustan los papeles dramáticos. Disfruté muchísimo en Torrente 4 haciendo de malo malísimo. De hecho cuando Santiago Segura me llamó dejó claro que no me quería para hacer de cómico.