Gays
El invento del maligno josé javier esparza
Los gays ya no están de moda en las series norteamericanas. Solo un 2,9% de los personajes de la pequeña pantalla son homosexuales. Este ha sido el titular que el otro día recorría la prensa en una atmósfera ambigua. Algunos lo contaban con un toque de indignación, como diciendo: «¿Cómo? ¿Solo un 2,9%?». Pero en otros lugares se percibía una especie de alivio implícito, algo así como un «¡por fin se cerró el armario!».
El dato del descenso de presencia homosexual en la pantalla lo ha proporcionado un lobby del ramo: la norteamericana Gay & Lesbian Alliance Against Defamation (Glaad), una asociación que nació en 1985, cuando la ola del sida, y que desde hace tiempo se dedica especialmente a «trabajar con la industria del entretenimiento para cambiar la manera en que los hombres y mujeres homosexuales son representados en la pantalla», según dice la propia entidad. La Glaad –y entidades próximas a ella– está detrás de esa omnipresencia de lo homosexual en tantas series de televisión como hemos visto últimamente. Ahora la noticia es que la fiebre desciende, al menos en los EE.UU. El año pasado, el porcentaje de personajes homosexuales en las teleseries era del 3,9%. Ahora la Glaad ha revisado 91 series y ha contabilizado 647 personajes, de los cuales sólo 19 son homosexuales, y de ahí sale ese 2,9%. Es un descenso significativo. Curiosamente, la cadena que ofrece más personajes homosexuales en los Estados Unidos es la Fox, que tiene fama de conservadora. En España, como sabe cualquier espectador atento, la presencia de personajes homosexuales en las series de producción nacional no es escasa, pero donde mayor es la fuerza de este «colectivo» es en los programas de entretenimiento y cotilleo.
Es interesante, porque la presencia en series sí puede considerarse parte de una tarea reivindicativa –hacer presente algo que existe–, pero la influencia en la esfera del entretenimiento transmite otra imagen muy distinta; imagen que, por otro lado, muchos homosexuales consideran lesiva y hasta insultante. A ver si aquí hace alguien otra contabilidad.