Diario de León

El invento del maligno

Inventos

Publicado por
José Javier Esparza
León

Creado:

Actualizado:

Se ha muerto Dennis Ritchie. «¿Y a mí qué?», dirá usted. Yo dije lo mismo cuando me lo contaron. Fue necesario que me explicaran quién era ese señor para que entendiera la importancia de la noticia. Dennis MacAlistair Ritchie es el caballero que inventó el lenguaje de programación C, decisivo en el desarrollo de la informática, y el sistema operativo Unix, precursor de numerosos sistemas que usamos en la actualidad. O sea que cada vez que usted entra en un ordenador, está saludando al recién finado Ritchie.

Reflexión: desconocemos la identidad de la mayor parte de los inventores de aparatos que hoy usamos todos los días. ¿Quién inventó la televisión, ese artefacto que tanto frecuenta usted? Un mormón llamado Farnsworth, un ruso exiliado en Norteamérica que se llamaba Zworykin, un escocés llamado Baird. Son los nombres que los eruditos aportan cuando se les pregunta, pero la inmensa mayoría de la gente ignora quiénes eran; podemos recordar los nombres de Edison, Marconi o Bell, pero eso es en realidad la prehistoria de la tecnología actual.

Ocurre que la tecnología contemporánea, hiperdesarrollada, ha llegado a un grado de complejidad que normalmente no puede atribuirse a un solo padrino: todos y cada uno de los aparatos que nos rodean se perfeccionan sin cesar, de modo que la paternidad del invento termina disolviéndose por exceso de padres. Hace falta que el cerebro creador sea, además, un divo de tomo y lomo, como Bill Gates o Steve Jobs, para que su identidad llegue al gran público. Luego está la cuestión económica: entre que uno inventa el aparato y la gente puede empezar a usarlo, siempre hay un lapso de tiempo que borra las pistas del origen.

La tecnología de la televisión inicial estaba ya emplazada a finales de los años veinte, y hubo emisiones en varios países —Alemania, Gran Bretaña, Francia, los Estados Unidos— en los años treinta, pero ¿quién tenía dinero para comprarse un televisor? Hasta los años cincuenta no se generalizó su uso. Es decir que es posible vivir sin televisión, después de todo. Incluso sin los inventos de Ritchie.

tracking