Diario de León

Ken Follett: «La Edad Media me inspira pero era brutal»

Ken Follet, en Budapest, en el rodaje de ‘Un mundo sin fin’.

Ken Follet, en Budapest, en el rodaje de ‘Un mundo sin fin’.

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belén palanco | budapest
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Ken Follett, el novelista galés que halló el vellocino de oro de los ‘best-seller’ inspirados en la Edad Media, comentó en el rodaje de su novela Un mundo sin fin que la Edad Media le inspira «pero que no era el período perfecto para vivir porque era una época brutal, muy violenta y dura». «Me siento muy feliz de no haber nacido en la Edad Media, donde la gente estaba constantemente en peligro por los ladrones o las guerras y los niños eran ahorcados», comentó el autor de Los Pilares de la Tierra. En la visita que Follett realizó al rodaje de Un mundo sin fin, una miniserie homónima que se inspira en la segunda parte de Los pilares de la Tierra, se mostró «muy satisfecho» con el guión y la producción que se lleva a cabo a las afueras de Budapest. Inspirada en la catedral de Santa María, de Vitoria-Gasteiz (norte de España), la novela Un mundo sin fin se desarrolla en Kingsbridge, una ciudad ficticia creada por Follett (Cardiff, Gales, 1949) para Los pilares de la Tierra( 1989).

Follett ha explicado en el ‘set’ que el misterio de las catedrales y el papel de las mujeres con poder y dinero en la Edad Media son las claves diferenciadoras de Un mundo sin fin, novela cuyo título proviene de la oración cristiana ‘Gloria al Padre’ en su versión inglesa: World without end, conocida en castellano como «Por los siglos de los siglos».

En Un mundo sin fin, este maestro de la narrativa de acción y suspense arranca en 1327, dos siglos después de la construcción de su majestuoso templo gótico en Kingsbridge donde sobre todo Caris, interpretada por Charlotte Riley, junto a su amante Merthin (Tom Westo-Jones) lucharán por desenterrar un secreto peligroso para salvar a su ciudad y lograr la libertad. Mientras tanto tendrán que hacer frente a un gran número de intrigas internas de la Corte y de la Iglesia, así como el avance de la Peste Negra, que aniquiló a la mitad de la población europea, y la lucha entre Inglaterra y Francia por el poder territorial. Follett, que no vió la televisión de niño porque sus padres se lo prohibían por «floja», ha comentado que dedica «mucho tiempo en hacer que las historias sean creíbles» y que le gusta el guión de Un mundo sin fin a pesar de «las diferencias» que encuentra «entre contar historias con palabras y, como en la serie, con imágenes». El galés corroboró que «siempre» le ocurre que «nada de la película es exacto a la visión» que él tiene de las «historias que siempre han existido» en su cabeza.

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