Con un poema y un pincel
Tras trece años reaparece en Ármaga el clásico leonés Esteban Tranche.
Lleva trece años trabajando en el silencio de su estudio y sin mostrar en público sus obras. Esteban Tranche desapareció un buen día del panorama artístico leonés y le ha costado volver. «En todo este tiempo no he dejado de pintar y creo que mi obra ha evolucionado de forma relevante y positiva. Ha sido un desencuentro con los gestores de las galerías de arte leonesas el que me ha mantenido apartado. Pero he seguido haciendo exposiciones, la más reciente fue en Madrid».
Tranche reaparece en la galería de arte Ármaga con una serie de obras, la mayoría de pequeño formato, que nada tienen que ver con la pintura que hacía en tiempos pasados. Ha perdido sus connotaciones geométricas y ha llenado sus lienzos, en este caso tablas, de libertad, ritmo y colorido.
Su pintura es más optimista, más divertida, como si de alguna manera se hubiera liberado de viejos corsés. «En los últimos tiempos mi objetivo ha sido la naturaleza y he acentuado mi sentido del ritmo. Bastante tiene uno ya con pintar, no creo que un artista deba interpretar o explicar sus obras. Debe ser el espectador quien termine el ciclo y aporte su sensibilidad y su interpretación». Tranche es un pintor tremendamente personal que en la mayoría de las ocasiones pinta para sí mismo, para disfrutar de lo que hace mientras lo hace. «Para mí, lo más importante es que cuando termino el cuadro esté vivo. Mi gran preocupación es que al final aparezca una obra inerte, hay que evitar que nazca algo muerto. La mano debe establecer contacto con el pensamiento y de ese acercamiento debe nacer algo lleno de vitalidad, algo único que pueda emocionar».
Tranche tiene como amigos muy especiales e imprescindibles a los poetas. Sus cuadros no se entienden si a su lado no hay unos versos. Para el pintor la poesía es el mejor compañero de viaje. Por eso, en el magnífico catálogo que ha realizado para esta exposición, cada uno de los cuadros lleva a su lado como compañero un poema de escritores leoneses como, Víctor M. Díez, Tomás Sánchez Santiago, Aldo Sanz, Ildefonso Rodríguez o Eloísa Otero. «Yo siento mucha admiración por los poetas. Mi lectura favorita es la poesía. La novela, por ejemplo, me aburre mucho, solamente me gusta cuando me la cuentan y sobre todo si la narradora es una mujer. La poesía tiene esa capacidad de divagar, de crear imágenes, de fijar sobre el papel los sueños y los sentimientos con gran economía de palabras… Sí, es muy importante para mí y eso, como es lógico, se refleja en mi pintura».
Todas las obras de esta exposición que Tranche ha titulado . ..Hacia el poniente la mente es un río, han sido pintadas este año y con ellas el pintor ha disfrutado «de la gran variedad de colores, «de cosas que me son muy cercanas, como las plantas de mi casa. Lo he pasado muy bien pintando, me he divertido… es un trabajo muy gozoso que espero contagie mi optimismo a quienes visiten la muestra».