«Al franquista, la Residencia de Estudiantes le olía a azufre»

«Un importante mando, con su gran pistola a la cintura, se dirigió a mí para ordenarme que serían los llamados ‘heridos nacionales’ los primeros que habría de atender, a lo que yo contesté con voz firme: ‘Una vez que los heridos pasan las puertas de este centro, ni sabemos ni queremos saber de colores, sólo de heridos, y la preferencia la establecen la importancia y la urgencia que sus lesiones requieren, y me hace usted el favor de depositar su arma en la portería porque aquí dentro están prohibidas».

Margarita Sáenz de la Calzada cuenta en su libro La Residencia de Estudiantes: los residentes esta anécdota —entre otras muchas— de Luis Mazo como médico en el Hospital provincial de León durante la guerra, suceso que ilustra bien la calidad moral de los ‘residentes’, aquellos que fueron educados en la célebe institución docente.

La directora de la Residencia, Alicia Gómez Navarro, acompañará esta tarde a Sáenz de la Calzada en la última de las conferencias con las que la Fundación Sierra Pambley ha venido celebrando las exposiciones sobre la Colina de los Chopos (en el Museo de León) y Francisco Giner de los Ríos (en la fundación). Tres viñeta s es el título que la autora ha elegido para su charla, y a través de vivas imágenes desarrollará tres historias ramificadas en otras tantas.

En primer lugar hablará de la vida de los residentes leoneses tras los Altos del Hipódromo, de cómo la senda a la que estaban llamados se truncó con la guerra, la cárcel y el exilio, de las empresas que fundaron y de las carreras que emprendieron. «Terminada la guerra civil, como es sabido, una parte de los vencedores inició una intensa campaña de calumnias contra la Institución Libre de Enseñanza y todo aquello que tuviera relación con ella. Los residentes olían a azufre. Algunos fueron fusilados, acusados de mantener ideas darwinistas o de ser masones, otros sufrieron depuraciones y sanciones, otros padecieron cárcel y otros marcharon al exilio para salvar la vida», destaca la historiadora, quien también recordará a los que con su trabajo mejoraron muchas de las instituciones del régimen, como Juan Torbado Franco, el arquitecto al que se debe que muchas de las iglesias de la provincia estén en pie y a los que crearon grandes empresas, hoy a la vanguardia de la economía española, como José Entrecanales.

Cuatro días a pie. «José Entrecanales, casado con María de Azcárate, hermana de Justino, se encontraba en Bilbao al estallar la guerra, pero inquieto por la suerte que pudiera correr su familia que le esperaba en Villimer, echó a andar campo a través hasta llegar allí, donde apareció a los cuatro días de marcha, cansado y maltrecho, pero vivo. Entrecanales fue el fundador de lo que hoy es Acciona, una de las primeras empresas de España y aunque era bilbaíno siempre se sintió muy unido a la tierra de su mujer.»

Asimismo, la escritora explicará qué era, en qué consistía la filosofía a la que los residentes se referían como «el espíritu de la Casa», y para ello se servirá del emblema de la Residencia, el efebo rubio, el atleta que ilustraba todas las publicaciones de la obra de Alberto Jiménez Fraud, recalcando cómo la Institución consiguió aunar los valores de los grandes de Bloomsbury con la mejor tradición de los clásicos.

Por último, Sáenz de la Calzada describirá la personalidad de dos hombres clave en la historia de la pequeña historia de la Residencia y, por lo tanto, de la gran historia de España: Alberto Jiménez Fraud y José Castillejo.

Lugar: Fundación Sierra Pambley.

Hora: 20.00.