Unamuno, ese valiente

El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, aseguró ayer en Salamanca que la figura de Unamuno «encarna de alguna manera la tragedia y la grandeza de España, y particularmente todo lo que representa el valor y la intelectualidad española del siglo XX».

Así lo señaló, en declaraciones a los periodistas, tras participar en la ofrenda de una corona de laurel que el alcalde de Salamanca y uno de los nietos del pensador, Pablo Unamuno, depositaron junto a la estatura del que fuera rector de la Universidad de Salamanca con motivo del 75 aniversario de su fallecimiento. A juicio de Lassalle, quien recordó que este era el primer acto en el que participa tras su nombramiento como secretario de Estado de Cultura, la ofrenda en homenaje al pensador es «un gesto que está representando de alguna manera la importancia que va a tener para todos la cultura y figuras como Unamuno que son capitales para comprender la cultura de nuestro país desde el punto de vista simbólico, afectivo y sentimental». El secretario de Estado confesó que en los próximos cuatro años tiene por delante «una gran labor» y a ella es a la que se va a «dedicar».

Inconformista y libre. Los alcaldes de Salamanca y Bilbao, Alfonso Fernández Mañueco e Iñaki Azkuna, respectivamente, también coincidieron ayer en destacar la valentía y la huella dejada por el pensador Miguel de Unamuno en el marco de la conmemoración del 75º aniversario de la muerte del filósofo.

Así lo señalaron durante sus intervenciones, la del regidor vasco a través de un vídeo, con las que se ha abierto el programa de actos que la capital salmantina desarrollará a lo largo del próximo ejercicio bajo el lema 2012. Año de Unamuno .

Fernández Mañueco se refirió a Miguel de Unamuno como «un habitante excepcional de Salamanca». Según sus palabras, el que fuera rector de la Universidad «era un hombre de su tiempo y lo sigue siendo del nuestro porque su pensamiento continúa vigente 75 años después de su muerte».

Para el regidor vasco, Unamuno fue una persona que «no se calló ante nada ni ante nadie, y se le quiere o se le critica enterito, no por partes». Asimismo, se refirió al autor de Paz en la guerra como el que «no dejó títere con cabeza, ejerció la crítica según su conciencia, apoyó la foralidad vasca en su juventud, fustigó a los nacionalistas y se hizo socialista». «Aunque dijo no pertenecer a ningún partido fue quizás el mayor exponente del liberalismo bilbaíno y no tuvo contemplaciones en criticar al dictador Primo de Rivera o al propio monarca Alfonso XIII», concluyó. Previo a los discursos se inauguró en el ayuntamiento una exposición en la que se recrea cómo se talló el medallón de Miguel de Unamuno, obra del escultor madrileño Óscar Alvariño, para la Plaza Mayor de la capital salmantina.