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TELEVISIÓN | Entrevista | DANIEL CRAIG. ACTOR

«Trasladar ‘Millenium’ a América le hubiera restado credibilidad»

«La esencia de ‘Millenium’ es Escandinavia, Europa», afirma este británico, protagonista de la versión estadounidense del famoso libro de Stieg Larsson. «En Nebraska, por ejemplo, hay una actitud totalmente distinta hacia el sexo que en Suecia», prosigue Craig, a quien David Fincher le «abrió los ojos», dice

El actor se mete ahora en la piel de Mikael Blomkvist.

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daniel roldán | madrid
León

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Daniel Craig (Chester, Inglaterra, 1968) es incapaz de dejar las manos quietas. Ve un bolígrafo y un cuadernillo perfectamente colocados y se pone a dibujar como un niño. Lo primero que perfila son tres letras: LFC. Tal vez su amado Liverpool Football Club. Después ya empieza a garabatear letras, casas y jardines. Solo deja el bolígrafo cuando contesta a una pregunta sobre su última película, Millenium: los hombres que no amaban a las mujeres , la versión americana que David Fincher ha rodado en Suecia que se estrena el 13 de enero. Entonces Craig se centra y comienza a contestar preguntas con gran sentido del humor, aunque de James Bond y Javier Bardem pasa de puntillas.

—¿Cómo se transforma en Mikael Blomkvist, un personaje que está en el imaginario de todo el mundo?

—En primer lugar está el libro, que es genial y lo tiene todo. Con lo que yo sabía de la novela y el guion intenté encontrar ese punto medio que es positivo porque es imposible complacer a los lectores que ya conocen a este personaje y así es imposible trabajar.

—¿Dudó en aceptarlo?

—No. Era una película de David Fincher (risas).

—La película da una visión desconocida de Europa para el espectador estadounidense.

—Creo que la mayoría de los americanos, después de ver esta película, van a creer que los europeos asesinamos a nuestros enemigos en los sótanos de las casas (risas). Además, no tienen una idea clara de nosotros. Siempre piensan que estamos fumando, bebiendo o follando... y creo que en parte es verdad (sonríe). Pero yo llevo viviendo desde hace un tiempo en Estados Unidos y siento que no sé mucho de ellos. Solo puedo rascar un poco de la superficie. Es un país que me resulta muy lejano. Pero cuando veo a directores como David Linch o David Fincher que están intentando mostrar la parte oscura del ser humano, me identifico más.

—Fincher prefirió rodar en Suecia y no llevarse la acción a Estados Unidos ¿Es fundamental esta decisión para que se entienda la película?

—Por supuesto. La esencia del libro es Escandinavia, es Europa. Creo que en Nebraska, por ejemplo, hay una actitud totalmente distinta hacia el sexo que en Suecia. Es muy difícil explicar allí que un periodista mantenga relaciones con una colega casada y que al marido de ésta no le importe nada esta relación. Creo que el traslado a América le hubiera quitado credibilidad a la historia, se hubiera traducido mal y hubiera acabado como un ‘thriller’ americano más de taquilla mediana.

—¿Qué es lo que le ha costado más en la interpretación?

—Transmitir la imagen de un hombre que tiene una actitud positiva, que piensa que todo va a salir bien.

—¿Y cómo trabajaron usted, Rooney Mara y el director los aspectos más psicológicos de sus personajes?

—Lo primero que se transmite es la falta de fe que Mickael tiene en la sociedad. Él ya ha investigado a gente mala, ya sabe que hay mucho mal en el mundo porque ha tenido que lidiar con él. Pero lo sorprendente es que se cruza con una mujer joven como Lisbeth que lo protege. Esta relación la hablamos Rooney, David y yo. Cogimos el guion y nos sentamos. Hablamos, leímos el texto y discutimos mucho.

—¿Cómo es estar a las órdenes de David Fincher?

—David es un genio. Me ha abierto los ojos a otras cosas. Mantiene siempre una perspectiva completa de lo que está pasando.