La plataforma de la Catedral recibe 102 visitantes cada día
Más de 149.000 personas han subido al andamio desde su apertura en el 2008.
Las vidrieras vistas desde la plataforma de la Catedral.
La Catedral a vista de pájaro. La gigantesca plataforma colocada a 40 metros de altura, que permite contemplar ‘en directo’ la restauración del mejor conjunto de vidrieras medievales del mundo, ha recibido más de 149.000 visitantes en los 1.172 días que lleva abierta desde que se montó en el 2008.
Este aparatoso andamio, diseñado por el arquitecto conservador del templo gótico, Mariano Díez-Sáenz de Miera, y situado bajo el gran rosetón central, acogió el año pasado una media de 102 visitantes en los 261 días que admitió visitas. Durante el mes de febrero estuvo cerrada más de una semana para reforzar su estructura. La plataforma se ha convertido además en una fuente de ingresos adicionales para el templo, que cobra 5 euros por la visita completa —museo, claustro y plataforma—. Sin embargo, el Cabildo tiene pensado cobrar entre 2 y 5 euros a partir de marzo por entrar a la Catedral.
El objetivo es recaudar en torno a 800.000 euros anuales, que se destinarán a trabajos de rehabilitación del edificio. De momento, hay presupuesto para restaurar vidrieras hasta el 2013. La segunda fase del proyecto El Sueño de la Luz, que financian la Junta, Caja España-Duero y el Cabildo, prevé casi 1,2 millones de euros para recuperar tres vidrieras (la S-XI, la S-XII y la N-XI), cuya restauración comenzó ya el año pasado.
La empresa Esoca, que lleva a cabo la reparación de estos vitrales, empezó el mes pasado la rehabilitación de la Torre Norte. Esta obra cuenta con un presupuesto de 376.249 euros, que financia la Junta, y un plazo de ejecución de nueve meses.
La Junta tiene aún pendiente el destino de las 23 esculturas que fueron apeadas de la fachada principal y que desde el 2009 están ‘refugiadas’ en el claustro de la Catedral. El Cabildo se inclina por colocar 23 réplicas de resina en la portada y dejar las originales en el interior del templo. Sin embargo, esta solución, aplicada en la catedral de Burgos, ha dado problemas.