Crematorio

La Sexta ha estrenado Crematorio, una serie española producida por Canal Plus y Mod sobre una novela de Rafael Chirbes y puesta en escena por Jorge Sánchez-Cabezudo. Algunos la habíamos visto ya cuando se emitió codificada. Ya entonces recibió premios y fueron de justicia, porque es un producto muy bueno. El protagonista principal, Pepe Sancho, está simplemente insuperable, y el extenso plantel de secundarios —una multitud— funciona como una orquesta, lo cual delata una mano maestra en la dirección de actores. Hay que citar algunos nombres: Alicia Borrachero, Juana Acosta, Pau Durá, Alfonso Bassave, Aura Garrido. Lo asombroso es que todos lo hacen bien. O sea que estamos ante una gran serie, uno de esos productos que le devuelven a uno la fe en la industria audiovisual española y que en materia de calidad no tiene nada que envidiar a los mejores productos americanos. Crematorio quiere retratar el entorno de la corrupción urbanística (y otras corrupciones) y ha ido a escoger como escenario la comunidad valenciana. Hay que decir que la propia Generalitat subvencionó el proyecto, lo cual es un rasgo de valentía; era la época de Camps, así que pongámosle la medalla que le corresponde y, a cada cual, lo suyo.

Señalada la imprescindible nota, añadamos que, a mi juicio, el relato va de más a menos: el primer capítulo es excelente, una obra de arte, y esto hay que subrayarlo porque lo normal suele ser lo contrario. No es que el producto pierda calidad ni interés a medida que avanza el relato, pero a veces da la impresión de que el guionista ha querido meter al mismo tiempo demasiadas cosas y demasiado rocambolescas, de manera que la narración, cuyo punto fuerte es el retrato de la realidad, va perdiendo poco a poco verosimilitud. A cambio, la historia gana en intriga y sorpresa, de manera que nunca deja de seducir al espectador. El estreno de Crematorio ha tenido buenas cifras: en torno al millón y medio de espectadores y alrededor del 8% de ‘share’ en sus dos episodios. Para la media de La Sexta, unos datos sobresalientes. Vale la pena verla.