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Los Taviani ganan el Oso de Oro de una convulsa Berlinale

El jurado se decantó por la lección de cine de ‘César debe morir’.

Los directores italianos Paolo y Vittorio Taviani sostienen el Oso de Oro.

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gemma casadevall | berlín
León

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La veteranía de los hermanos Paolo y Vittorio Taviani se impuso en la Berlinale, que les dio su Oso de Oro por Cesare deve morire, un impactante filme que traslada a Shakespeare a una cárcel de alta seguridad de Roma, en un festival de cine volcado a reflejar las convulsiones del mundo actual.

El jurado presidido por Mike Leigh se decantó así por una lección de gran cine, interpretado por presos reales, desde narcotraficantes a camorristas, capaces de transportar a la Italia de hoy el complot contra el césar devenido en tirano.

Otros galardones se fueron para las nuevas generaciones, al frente de temas de alto voltaje político y, también, de un formato de cine duro, de bajo presupuesto y sin concesiones al espectador. Este fue el caso de la húngara Just The Wind, dirigida por Bence Fliegauf y ganadora del Gran Premio Especial del Jurado, un angustioso retrato de un día en la vida de una familia gitana, en medio de los asesinatos xenófobos en serie contra ese colectivo.

La película de Fliegauf estaba entre los favoritos al Oro, lo mismo que la de la suiza Ursula Meier L’enfant d’en haut, que se llevó un Oso de Plata especial con su retrato de la precariedad como forma de vida cada vez más extendida en la Europa más próspera.

La Plata al mejor director fue para otro favorito, Christian Petzold, por Barbara, centrado en una doctora acosada por la Stasi, la policía política de la antigua Alemania comunista.

Su colega portugués Miguel Gomes obtuvo el Alfred Bauer, instituido en memoria del fundador del festival, con Tabu, una hermosa historia de amor rodada en blanco y negro y ambientada en el África colonial. La Plata a la mejor actriz fue para la congoleña Rachel Mwanza, con su desgarrador papel de niña soldado africana en el filme Rebelle. La plata al mejor actor derivó en sorpresa, ya que recayó en el danés Mikkel Boe Folsgaard, por su papel de príncipe bobo en En kongelig affære.