Arco cierra una edición con polémica y poco negocio
En la feria no se han producido ventas millonarias como en las últimas subastas.
La Feria Internacional de Arte Contemporáneo Arco cerró ayer sus puertas tras cinco días de intensa actividad en un clima de «optimismo realista, no ingenuo», en opinión del director del certamen, Carlos Urroz que no dio cifras de ventas. Alejadas de las que se registraban hace años, las cifras «no se pueden comparar» señaló Urroz a Efe aunque cree que «han sido satisfactorias en el clima actual». Además, expresó su satisfacción y la de los galeristas por el desarrollo del programa en el que se ha invitado a casi 300 coleccionistas procedentes de diversas partes del mundo.
Antes de que la feria abriera sus puertas, Urroz manifestó que piezas como la de Bacon, en la galería Marborough, son una apuesta mejor que obras iconográficas que en ocasiones atraen al público de la feria. Urroz lamentó entonces que haya gente que vaya a Arco sólo a ver obras llamativas y aconsejó a los visitantes que descubrieran sus propias obras. Este deseo no se ha cumplido en su totalidad ya que la obra Always Franco, de Eugenio Merino, ha despertado cierta polémica, convirtiéndose en una de las más fotografiadas de la feria.
«Creo que en Arco hay muchas obras muy interesantes aunque no sean visualmente tan llamativas. Monopolizar la atención en una obra es limitar los contenidos de la feria», afirmó.
La calidad y la seriedad han caracterizado una feria en la que «hemos insistido mucho en los proyectos de las galerías y los hemos valorado. Creo que hoy en día, en que no se vende todo, si hay calidad se consiguen más ventas y por ello hemos cuidado mucho los contenidos que se han presentado», señaló Urroz quien, satisfecho, afirmó que «el arte interesa y mucho».