Crematorio

La Sexta ha concluido la emisión de Crematorio , una de las mejores series españolas que hemos visto últimamente. Aquí ya hemos glosado sus virtudes. Ahora toca hablar de sus defectos, porque la serie tiene fallos narrativos notables. En particular, la puesta en escena de los ‘flash-back’, esos retornos temporales cuya función debería ser explicar las cosas que pasan en el presente, pero que en Crematorio están narrados de tal manera que complican más que ayudan. Normalmente los ‘flash-back’ se señalan con una iluminación distinta, con una nitidez de imagen diferente o, simplemente, poniendo la fecha, para dejar claro el salto temporal, pero en Crematorio no hay nada que los distinga del relato en presente, de manera que el espectador tarda mucho en entender qué está ocurriendo. Otro fallo: cuando uno construye un relato con tantos hilos como Crematorio , ha de extremar la atención para que nada quede fuera de la comprensión del espectador, pero aquí hay demasiados cabos sueltos, desde la misteriosa dama muerta (¿Consuelo, se llamaba?) que determina el suicidio de uno de los protagonistas, hasta el pasado de personajes tan relevantes como el hermano de Rubén Bertomeu, o un tal Ayuso que termina siendo fundamental en la caída del magnate. Es una lástima, porque estas cosas hacen que el diez que la serie merecería se convierta en un ocho. A veces da la impresión de que el director tuvo que cerrar la serie antes de haber terminado el montaje. Otra cuestión relevante es la atmósfera moral que transmite Crematorio , una historia donde todos son malos, y el que no es un ladrón, es un asesino o un adúltero, y con frecuencia las tres cosas a la vez. No deja de ser un retrato de la corrupción nacional, cosa que nunca está de más. Ahora bien, en Crematorio los únicos buenos son los jueces y los policías, y, claro, para aceptar esta propuesta hay que creer que la corrupción en nuestro país ha dejado indemnes a estas profesiones, lo cual es mucho creer. Esto, en todo caso, no afecta a la calidad del producto, que es alta; sólo a su credibilidad.