«Los poetas nos leemos unos a otros, no el gran público»

José María Fernández Nieto ha recibido el Premio Castilla y León de las Letras como el mejor broche a toda su trayectoria, sembrada de poemas escritos por «pasión» y «vanidad» y a sabiendas de que «de la poesía no se puede vivir», porque «somos los poetas los que nos leemos unos a otros, no el gran público».

Fernández Nieto recibió la noticia del premio ayer, nada más llegar de misa de doce, y desde entonces el teléfono no ha dejado de sonar, entre enhorabuenas de familiares y amigos y preguntas de periodistas. En una entrevista reconoce que ha recogido casi tantos premios como años tiene, 91, pero sin duda «este es el más importante, porque es un homenaje a toda mi trayectoria y eso me satisface mucho».

Ilusión especial le hizo también recibir el Premio González de Lama (que concede el Ayuntamiento de León) del año 1974 por su libro de poemas La nieve , aunque una de sus obras más queridas es La Trébede , «una mezcla de cuento y poesía» por la que pasan todos los personajes que conoció en su niñez y parte de su adolescencia en Carrión de los Condes (Palencia). El pueblo, sus costumbres, tradiciones y los vecinos más ilustres, el farmacéutico, el cura, el abogado, el veterinario, pasan por delante del calor de la trébede, «el lugar donde se juntaban los amigos y hablaban de todos los asuntos». Asuntos como el amor, la muerte, las costumbres, los toros y su tierra, Castilla, que siempre han estado presentes en sus poemas.

Nacido en Mazariegos (Palencia) hace 91 años, Fernández Nieto tiene muy claro que el poeta nace, no se hace, y él, ya a los 15 años había descubierto que le gustaba escribir versos, los primeros dedicados a su padre, que murió al empezar la Guerra Civil «por una bala perdida», recuerda. Explica que «la actitud generosa con sus contemporáneos», que también ha reconocido el Jurado con el Premio de las Letras de Castilla y León nació con una tertulia en la que se juntaban poetas, filósofos, pintores y escritores. De ahí surgieron la revista Nubis , en la que participó activamente, y posteriormente Rocamador que dedicó muchas de sus páginas a la poesía de maestros del castellano como Rafael Alberti, Neruda, César Vallejo, Antonio Machado o García Lorca.