Andrés Trapiello: «La de Carnicer es una obra vivida y muy viajada»
El profesor Nicolás Miñambres habla hoy sobre la novela ‘Todas las noches amanece’.
En su conferencia de apertura, el escritor leonés Andrés Trapiello enmarcó el ‘habla de Carnicer’ en toda una corriente de la literatura española, que va del Lazarillo a Baroja pasando por Cervantes, y que busca «la comprensión, más que la retórica». Su escritura «nace del habla del pueblo, de la observación, del viaje» y constituye, en conjunto, una obra «vivida y muy viajada, hecha al hilo de los caminos».
Las dos charlas de hoy tendrán lugar en la Sala Región del Instituto Leonés de Cultura (calle Santa Nonia, 3), mientras que las de mañana volverán a la Obra Cultural de Caja España-Duero (Santa Nonia, 4). Ayer tuvo lugar la conferencia inaugural de estas jornadas —coordinadas por José Enrique Martínez—, a cargo de Andrés Trapiello quien, además de poner de manifiesto que la literatura de Carnicer es siempre «comprensible, no especiada», se refirió a dos aspectos clave en la figura del autor villafranquino: su extraterritorialidad («no olvidemos que es un berciano en Cataluña») y su independencia de escuelas y modas literarias («lo cual pudo ser motivo para el olvido del que estamos intentando sacarlo», afirmó).
Obras completas
Como «una de las novelas más conseguidas de Carnicer» califica el profesor y crítico literario de este periódico Nicolás Miñambres Todas las noches amanece , la obra que centrará su intervención de hoy en las Jornadas de Estudio y Homenaje en torno al autor villafranquino que comenzaron ayer con una conferencia del escritor Andrés Trapiello. Pero también hoy participa el catedrático zaragozano José Carlos Mainer, quien hablará sobre El encanto de los raros: Ramón Carnicer, biógrafo .
Explicó Miñambres que la novela Todas las noches amanece refleja como pocas «el mundo personal de Carnicer, su psicología, pero también el mundo leonés, en concreto el de la ribera del Órbigo y el del Bierzo, y, por extensión, la España de la época». La obra, publicada en 1979, cuenta con un claro trasfondo autobiográfico, como adelantó al Diario este experto: «Los protagonistas son dos sacerdotes, uno es Félix, representante del clero rural y basado en un tío de Carnicer, y el otro es Bernardo, cura más intelectual y aristocrático, que vive en Madrid. La novela transcurre entre 1921 y 1955 y, en el caso de Félix, muestra de forma excelentemente fiel cómo era la vida en el campo leonés, primero en el Órbigo y luego en el Bierzo; mientras que Bernardo sería el envés total de esa cara».
«El lector —prosigue Miñambres— se dará cuenta de que la novela es muy semejante a San Manuel Bueno, mártir , de Miguel de Unamuno, pero, y aunque lo que vaya a decir pueda sonar atrevido, mucho más completa». Miñambres añade que ambos personajes aparecen como hijos de una familia potentada de Astorga y que en su génesis influyó mucho la estancia previa del autor en el monasterio de Santo Domingo de Silos. De hecho, Todas las noches amanece termina de una forma «metaliteraria», con un personaje, en el monasterio de Silos, que corresponde al propio autor.
Para este experto, Ramón Carnicer (Villafranca del Bierzo, 1912-Barcelona, 2007) fue una persona «de una absoluta grandeza humana, un liberal íntegro de gran elegancia personal y un profesional enormemente culto, características todas ellas que resultan muy difíciles de encontrar en el panorama literario actual».