Un triángulo de amor ibérico que triunfó en el Auditorio
Diversión y humor, pero también seria denuncia contra los abusos y la impunidad de quienes, sea la época que sea, detentan el poder, constituyen el fondo de la obra clásica El sombrero de tres picos , que ayer subió al Auditorio Ciudad de León para hacer las delicias del público de la mano de la compañía burgalesa Morfeo Teatro.
Con Francisco Negro —también como director del montaje—, que interpretó al corregidor, el elenco lo integraron Mayte Bona (la molinera), Javier Leoni (el alguacil borracho), Ángel Gonzalo (el marido cornudo) y Felipe Santiago (la mujer del corregidor). La obra de Pedro Antonio de Alarcón brilla también, además de por el triángulo de amor que presenta, por el hecho de rescatar el lenguaje popular e intercalar conocidas coplas de Iriarte, Samaniego, Meléndez Valdés y Jovellanos. Un retrato de la España rural del siglo XIX con un argumento de ‘enredo’, que sirvió de inspiración a Falla y hasta a los ballets rusos de Diaghilev.